Al final se cumplió aquello que "uno es mejor que ninguno". Firpo perdía los tres puntos y logró rescatar uno. FAS ganaba y se conformó con el empate a uno, en un partido en el que los locales arriesgaron más, pero la ansiedad los castigó más de la cuenta.
El termómetro indicaba 40° grados centigrados, pero había una percepción térmica de 42° y a pesar de eso, muchos no dejaban el café de la tarde y bromeaban diciendo que era para disfrutar mejor el partido. Y es que los toros ilusionaban con un buen inicio de partido, generando llegadas por las bandas, ganando línea de fondo para centrar, sin encontrar un receptor.
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Guillermo Rivera había presentado cuatro variantes en su once titular. Mientras que, Efren Marenco sólo hizo un cambio a su cuadro inicial, el que con paciencia se acomodó al campo y después de los primeros sustos, sorprendió con el primer gol.
Primera llegada santaneca, primer desborde de Kevin Reyes por la derecha, dejando dos marcas y centrando al área, donde cerró Cristian Gil (18'). Todo el buen ánimo de los usulutecos se convirtió en preocupación y aquellos que tomaron café, comenzaron a sentir agruras.
Los tigrillos se resguardaban, cuidaban el oxígeno y la ventaja en el marcador. Dejaron que Firpo tocara la pelota, pero cerraron los espacios para evitar la profundidad, hasta "utilizando" la pierna fuerte para cortar la dinámica del rival y haciendo pausado el juego.
El duelo pasó a ser muy sacrificado para jugadores como el colombiano de los toros, Heiner Caicedo, bajando hasta a la defensa para recoger balón e impulsar el equipo. Styven Vásquez, quien salió como delantero en punta de los manudos, llegó hasta la media cancha para también aportar en ataque.
Por los occidentales, Brayan Landaverde corrió toda la cancha, tanto para aportar en la marca, como para abrir espacios, aunque FAS, luego del gol, no volvió a llegar más a la meta de Wilbert Martínez. Cuando se cumplían los 45 minutos en el estadio Sergio Torres, en San Miguel cayó el gol de Chalatenango, al Águila. Varios que estaban con radio lo comentaron a los demás y el ambiente se volvió tenso.
Los dos equipos se quedaron en la cancha a recibir la charla, a pesar del ruido del sonido local. Más seria fue la plática de los usulutecos, por todo lo que se estaba generando, mientras en las gradas hacían números con los partidos que faltan y sobre como se podía lograr la salvación. Pero todo se resumió: "será lo que Dios quiera".
Locura y esperanza
Memo Rivera hizo una sustitución para empezar el segundo tiempo, con Cristian Cisneros por Jeremías Lemus. Pero a pesar de la prisa, fue FAS quien salió con mejor actitud, dejó la zona baja y salió a encimar a los toros, como ellos fueran los de la urgencia de encontrar el gol.
Firpo perdió la estrategia y más apegados a la desesperación volvieron a encima sobre la meta de Gerson López, quien respondió al ser exigido y también contó con la suerte de que los jugadores usulutecos remataron desviados, cuando estaban en posición de anotar.
Y algo que ha sido una constante en los partidos de los firpenses, los aficionados vivían de pie: reclamando y exigiendo, más que apoyando. Paradójicamente, la Furia Pampera gritaba: "¡Firpo sos toda mi vida!".
Por voluntad, más que otra, los toros terminaron encontrando la paridad. Un mal pase que recuperó Carlos Ortiz, la cual se iba por un costado, pero la mantuvo en juego, luego superó a Marroquín, para centrar y generar la definición de Elías Gumero (77'), quien cinco minutos antes había llegado de cambio.
Explosión de alegría en el Sergio Torres, quienes con el "Si se puede…", creían en que podían ganar el partido, ahora ya sabiendo que Chalate empataba con Águila (1-1, parcial). Ya nadie estaba sentado, Firpo terminó encimando a los tigrillos, que volvieron a resguardarse en la zona para por lo menos cuidar el empate.
En Usulutan celebraban el segundo gol de Águila sobre Chalate y cruzaban los dedos para que Firpo encontrará el segundo gol. Pero este no llegó, FAS se mostró satisfecho con el punto, mientras los usulutecos se quedaron con el sabor amargo, de solo aumentar un punto la distancia con el último lugar de la acumulada.