Un aspecto fundamental en este torneo para FAS fue su afición. La número 12 se comportó a la altura, no solamente en la final, sino en momentos complicados. No siempre acuerpó al cien al equipo en el estadio Óscar Quiteño, pero cuando más se les necesitó, ahí estuvieron, incluso en momentos en los que el cuadro tambaleó y era vapuleado por los comentaristas deportivos debido a la rachita sin ganar en la que cayó.
Por eso, ver el estadio repleto y dedicarle a ellos la 19 fue un lindo gesto de los jugadores y que habla muy bien de ese factor extra, la comunión entre equipo y afición, muchas veces olvidada, muchas veces vista de menos, pero que en FAS, sin que institucionalmente se haga una gran diferencia, sigue manteniendo la afición.
En esta campaña, un poco de marketing, la buena nueva de una directiva diferente y ciertos anuncios de mejoras bastaron para la inyección anímica para la afición, que respondió siendo la mejor.
A esa afición, la copa que le entrega en el video FAS a un aficionado de la tercera edad, en representación de esa pasión con la que se entregaron desde las gradas. Grandes.
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