El día de ayer se esperaba el arribo del equipo del Cádiz Fútbol Club al país, pero un problema con el motor derivó en un gran susto para todos y en postergarse su arribo para el homenaje a Jorge "Mágico" González.
Al respecto, dos jugadores brindaron declaraciones en las redes sociales del equipo, y hablaron de lo que vivieron durante los minutos que estuvieron en el aire con zozobra.
Alex Fernández mencionó que "notamos a los poquitos minutos de despegar un chasquido fuerte, una ligera explosión, y notamos que estábamos perdiendo altitud, el avión estaba dando vueltas, estábamos empezando a tirar, si no me equivoco, queroseno".
"Y notamos a la tripulación algo nerviosa, eso sí que de verdad nos puso en alerta, vimos que se abrochaban fuerte el cinturón, es verdad que en todo momento fueron muy profesionales y estuvieron a nuestro lado intentando explicar y calmarnos", dijo.
Y añadió que "pero hasta que el capitán, a los 10, 15 minutos no nos informó del problema del motor, y que íbamos a descender a Sevilla rápidamente, no nos quedamos tranquilos, pero imanar la situación allá arriba, a tantísimos metros de altura, que te digan que tienes un problema en el motor se te pasa de todo por la cabeza, había gente realmente mal porque tienen miedo a volar, aún así se montan por el trabajo, las obligaciones, pero la situación fue muy, muy desagradable, fue dura".
En tanto, Rafael Jiménez Jarque, conocido como Fali, contó lo que sufrió al ser uno de los jugadores que teme volar. "Fue una experiencia inolvidable para mí, encima, con el miedo que le tengo a los aviones, pues es una experiencia muy jodida, pensaba que no lo contaba, se me pasaron tantas cosas por la cabeza, encima me puse muy nervioso, fui de los que más nerviosos se puso, porque no era normal lo que escuchamos en el motor y lo que hizo el avión".
"La verdad que con mucho miedo, fatiga, pero gracias a Dios he podido volver a ver a mis hijos, a mi mujer, y poder volver a ver a la familia es lo más importante en esta vida, y hay que disfrutar cada día", añadió.
"Estas cosas te llevan a disfrutar cada día porque no sabes lo que te puede pasar mañana. Así que, cuando tocamos suelo, un alivio muy grande, y nada, el poder abrazar a mi mujer y mis hijos cuando vine, aunque estaban durmiendo los desperté para poder abrazarlos, y la verdad que con eso me quedo", concluyó.
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