Mágico González, ídolo del Cádiz, casi siempre jugó con el dorsal 11 en su espalda. Pero su constantes faltas a los entrenamientos tenían loco a David Vidal, el entrenador que más tiempo lo dirigió en el club del sur de España.
No fue una, ni dos, sino múltiples ocasiones en la que Vidal sentaba al Mágico pues terminaba entrenando con otros jugadores porque no aparecía el salvadoreño, hasta el día del partido.
En una ocasión, incluso lo enfrentó Mágico, raro pues casi siempre se quedaba callado.
"Yo ensayaba ya el jueves el equipo que iba a poner el domingo porque él no venía a entrenarse. Después de 15 días apareció un sábado. Y me dice Mágico: -David, ¿cómo que no voy yo concentrado? -Pero Jorge, no has venido en toda la semana. No te puedo poner", narró en varias ocasiones Vidal.
A esto, Jorge le respondió: "-Mira, te voy a decir una cosa, pero que no te moleste… No tienes ni puñetera idea de fútbol -" "-Hombre, un respeto, que soy tu entrenador -" dijo el DT.
"Mira, mira lo que hago. Y va, se echa una mano atrás y saca un paquete de Winston (cigarrillos) del pantalón. Le dio siete toques al paquete, rectangular, siete toques. Delante mío. Lo que hizo aquel hombre ese día no lo hace ni Messi ni Neymar ni Ronaldo ni nadie. Eso lo hace Mágico González. Hoy le daría siete toques al móvil, también rectangular", dijo Vidal que ocurrió.
Pues bien, en una de tantas, el DT se cansó y no lo ponía. Pero debido a la presión y tras dos meses sin jugar por decisión técnica, finalmente Vidal cedió a la presión de la afición y volvió para un Cádiz-Rayo en 1989.
Ahí disputó el partido de titular con el dorsal 9 en su espalda, convirtió el primer tanto de aquel 3-1 desde la vía penal, tuvo un par de ocasiones más, incluidas una a un poste, y participó en la acción de los otros dos tantos cadistas. Acá un video que recuerda todo aquello:
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