Rodrigo de Paul, jugador de la Selección de Argentina, estuvo a punto de dejar el fútbol de chico, cuando tomó la decisión de irse a vivir con su abuela, que había quedado sóla tras la muerte de su esposo.
El ahora campeón del mundo contó en Universo Valdano un poco de su historia de niño y sorprendió a todos. "Mi abuelo me llevaba todos los días a entrenar, desde los 8 hasta los 14 años", narró.
"Tomábamos el colectivo los dos todos los días. Con el tiempo, mi abuela me contó que él me daba los 50 centavos que sobraban para que me comprara un alfajor", pero lo que Rodrigo no sabía es que no sobraba ese dinero, sino que su abuelo se iba caminando todo el retorno, unas 60 cuadras.
"Esos 50 centavos eran su coletivo de vuelta o el alfajor, y yo decía, '¿pero por qué me lo daba a mí?'", confesó.
Cuando su abuelo murió, "no quería ir más (a entrenar), sin él no era lo mismo. Ahí yo decidí irme a vivir con mi abuela, que estaba sóla".
Pero entonces, a los días, lo llegaron a buscar de Racing. "Fue muy importante eso, yo necesitaba esa muestra de cariño. Sino, yo no sé si hubiese seguido".
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