La afición de Alianza FC no colmó sol general, pero logró convocar a una cantidad importante de su fiel en el partido de ida de la primera ronda de Liga de Campeones de Concacaf ante el Philadelphia Union, al menos, comparado al partido del miércoles pasado ante Isidro Metapán.
Los que llegaron al Cuscatlán, especialmente en sol general mostraron la misma intensidad de todos los encuentros de local de los capitalinos, banderas, peluches, todo pata demostrar su afición al albo. De las nueve bandejas de sol general que se dibujan, hubo seis colmadas de afición.
El resto de las localidades habilitadas habrá rondado el 40-45% de la capacidad. Los pocos aficionados del Union, notoriamente norteamericanos en el país, que no fueron más de 25, se ubicaron en el sector bajo de la Tribuna Sur, espacio reservado por el equipo albo.
En la previa del juego, la afición aplaudía y gritaba los nombres de sus futbolistas, especialmente, Mario González y Fito Zelaya, prácticamente no hubo silbatina al equipo rival y apenas hubo algún que otro silbido al nombramiento de los árbitros mexicanos del encuentro.
A la salida de los equipos, los albos en sol general encendían las lámparas de sus celulares y agitaban sus banderas albicelestes y las de la letra A, para dar un respaldo adicional al de los cánticos que se escucharon a lo largo de los noventa minutos. El factor sorpresa antes del silbato inicial fue la quema de pólvora que se hizo sentir desde las afueras de sol general, que duró un par de minutos e incluso se comenzó el juego al sonar de las últimas luces. La luna llena se hacía presente sobre el famoso "Vietnam" para adornar una noche con colorido.
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