Aunque el equipo paquidermo no acabó segundo en el torneo Clausura 2024, por lo que aún no pudo asegurar boleto al torneo de la Concacaf, curiosamente tiene hasta 4, sí, 4 posibilidades teóricas para conseguirlo.
El torneo o Copa de Campeones de la CONCACAF ofrece tres cupos para El Salvador. El primero ya pertenece a Águila por ser campeón del Apertura 2023. Otro boleto va para el campeón del Clausura 2024, y el tercero, para el primero de la tabla acumulada.
Pero el primero es Águila, entonces pasa al segundo, que es Luis Ángel Firpo tras su victoria de ayer, por 1-2, sobre Platense. Sin embargo, una de las 4 situaciones teóricas por las que Alianza podría entrar es porque se lo nieguen al cuadro taurino. Aunque deportivamente ya se ganó el derecho, no realizó el proceso administrativo (de pago, entre otros papeles) para poder optar por participar en caso que lograra el boleto.
Al final, ya lo consiguió, e intentará que Concacaf, fuera de plazo, le admita su inscripción. Pero, de no ocurrir, lo lógico es que el tercero en la acumulada, Alianza, clasifique.
La otra forma es la más obvia, que sea el campeón del torneo Clausura 2024. Por ahora, va bien, cerró líder en la fase regular, y, en su camino hacia el posible título 18 (no gana desde el Clausura 2022), se enfrentará en cuartos de final (arranca el miércoles en Ahuachapán) al 11 Deportivo.
Luego, le tocaría en semis contra el ganador de la llave entre Águila (cuarto clasificados de fase regular) y FAS (quinto). Ya en una hipotética final tendría cuatro opciones, al que resulte vencedor de los duelos Firpo-Metapán vs. Limeño ante Platense.
La tercera opción es curiosa y no requiere mérito propio alguno, sino suerte, por llamarlo de alguna forma. Que Club Deportivo Águila sea el campeón del torneo Clausura. Al haber ganado ambos, los dos boletos restantes irán al segundo y al tercer lugar de la acumulada, y Alianza es precisamente el tercero.
Y la cuarta posibilidad teórica es la más complicada, y depende de terceros, y procesos administrativos. La Comisión de Competición determinó que la inscripción de Francisco Medrano, técnico de Santa Tecla, no era válida en el momento en el que el equipo empató con Alianza y con Fuerte San Francisco, debido a que no había solventado la resciliación de contrato a Ramón Sánchez, al que despidieron.
Así las cosas, según bases de competencia, al menos teóricamente, si un equipo alinea mal a un entrenador o jugador, pierde el partido y la victoria es para el equipo rival. ¿Podría interpretarse realmente así? Eso depende de una serie de procesos también, pues tendría que haber un pedido por parte de Alianza de los puntos, para comenzar, es decir, de la victoria, con lo que acabaría en la tabla acumulada como segundo, con 79 unidades, mismas que Firpo, pero con mejor diferencia de goles.
Según bases de competencia, un equipo tiene 48 horas para poder reclamar victoria por alineación indebida, pero ahí Alianza tiene un punto en contra. No lo hizo, obviamente porque no sabía que se decretaría no a lugar la inscripción de Medrano. Por tanto, podría tratar de alegar eso.
Sin embargo, ya ahí dependería de la Comisión respectiva hacer las valoraciones respectivas. En todo caso, Alianza pudo haber solicitado los puntos en el plazo de 48 horas posterior a cuando se dio a conocer que Medrano no era reconocido como entrenador principal de Santa Tecla. A día de hoy, Alianza no ha hecho ningún intento al respecto, con lo cual, se vuelve la posibilidad menos probable de todas.
Además, así como ellos podrían alegar que no podían cumplir con lo del plazo 48 horas posterior (ya eso dependería de la interpretación de la Comisión respectiva), también Santa Tecla podría alegar que no violó las bases en el sentido que cuando Medrano dirigió para el partido en cuestión contra Alianza estaba inscrito legalmente, pues así se realizó el proceso. Fue un fallo posterior que determinó en realidad que esa inscripción no sería aceptada como válida.
Sea como fuere, lo cierto es que el que no haya un pronunciamiento a día de hoy de la Comisión Disciplinaria con respecto al fallo de la Comisión de Competición en el caso Medrano ha sido parte del problema. Pero eso pasa porque las comisiones trabajan ad honorem, es decir, estas personas de las comisiones autónomas de la FESFUT no reciben un salario por estar analizando estos casos, lo que no les obliga, sino más bien que ellos dedican parte de su tiempo a hacerlo cuando pueden.
La fase regular acabó y Disciplinaria no ha determinado qué procede o, en todo caso, no se ha conocido públicamente si simplemente no procede nada.
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