El segundo y último partido de los albos del Alianza como local en la Copa Centroamericana de Concacaf contó con la presencia de la superluna, que la hacía ver más brillante y grande de lo habitual, con un regular marco de aficionados en el estadio Cuscatlán, donde se notó la presencia de visitantes con varias mantas colgadas en el sector de sol preferente sur.
Aunque el ambiente comenzó a calentar un par de horas antes del juego, los aficionados incrementaron su ingreso al estadio en los minutos previos al partido, llenando de a poco las gradas de sol general y en menor medida las localidades de preferente, sombra, tribuna y platea que les fueron asignadas.
Por su parte, los visitantes se desplazaron desde las cercanías del estadio Cuscatlán en un grupo compacto con sus instrumentos, banderas y mantas, haciendo cánticos mientras quemaban bengalas y portaban globos rojos antes de ingresar al sector sur del sol preferente, encabezados por la Gloriosa Número 12, que después del primer gol del juego incrementaron el volumen de su apoyo.
Como es usual, al momento del himno nacional los aficionados recibieron al equipo a lo grande, con las banderas al vuelo, más globos de color blanco y celestes que se acompañaron a lo largo del duelo por las melodías cantadas a más no poder para apoyar al equipo de sus amores, hasta el descanso, donde la afición despidió al equipo con silbidos y el “movete, dejá de j…”
Las aficiones terminaron con los ánimos arriba, sin embargo los albos lamentaron que el empate no llegara y con eso se diera la eliminación matemática del actual campeón salvadoreño del certamen regional, mientras los ticos celebraron de visita su pase a la siguiente ronda del torneo.
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