No pareció el Cuscatlán de otras jornadas. Ni siquiera de otras noches. Era un partido atractivo el de este miércoles, con muchos registros en las puertas, pero solo los más fieles acompañaron a sus equipos a un juego con mucho de clásico.
Con sectores con poca gente, terminó luciendo el estadio, en una convocatoria que tuvo "bulla", pero la grada se lució en poco. Posiblemente, hubo más hinchada emplumada que alba, aún cuando éstos son los capitalinos.
El Alianza jugará seis veces en septiembre y el 50% de los juegos serán en el Cuscatlán
Sin embargo, no con la excusa del día y la hora, los que pusieron el color lo dieron todo con ansiedad y sufrieron en un juego de buen volumen de juego. Pero la realidad es que sí marcaron los dos momentos de juego que vive cada equipo en el torneo, para tener el respaldo de esta noche.
Un duelo al que no le faltaron los "uhhh", la presión, los cánticos, y donde cada barra hizo lo propio. Tuvo una noche bonancible en cuanto al clima, y tuvo la recompensa con un partido de dos que se crecen en estos duelos de buen nivel.
Una noche como pocas, en cuanto a número de personas, pero como siempre de entrega de emplumados y albos. La afición que llegó cumplió con el corazón