En un ambiente muy agradable, 11 Deportivo recibió al Platense con un marco de público muy bueno. Los gallos empezaron dominando las acciones y no tanto la posesión. Desbordes por derecha e izquierda, el Platense amenazaba también por el centro; en los primeros minutos se jugaba mucho en campo del Tanque, sorprendido un tanto por la buena dinámica visitante. El partido terminó empatado a uno con un dramático final.
El 11 abusaba del juego largo, uno que no le daba muchos dividendos para someter al Platense. Resulta muy curioso que el equipo visitante tuviese bastante más la iniciativa aunque en el cierre de toda idea ofensiva se mostraban deficientes.
FOTOS. Alianza ya está en el frío de Philadelphia
Pese a las buenas intenciones de ambos con distintas formas de acercarse a portería, tanto Cuéllar como Dautt no pasaban apuro alguno en 15 minutos.
Un tiro de Chigüila al filo de los 20 minutos tuvo notables intenciones aunque la ejecución finalmente fue desprolija. Poco después Cuéllar achicó bien a la entrada del área y Jaime Ortiz sacó sobre la línea el contrarremate; las primeras dos buenas fueron para los locales, quienes parecían hasta ese momento más lejos de inaugurar el marcador. El cuadro local se hizo sentir.
El "vuelto" llegó a cargo de Melvin Alfaro, quien centró de gran manera a Edgar Valladares, este cabeceó y el balón se fue por poco arriba del travesaño tomando a contra mano a Dautt. Mejoraba el encuentro. Luego el mismo Valladares tendría otro chance pero Dautt controlaría en dos tiempos cerca de su "ratonera" derecha.
Arizala, de muy buen partido, recibía insultos racistas de parte de los aficionados fronterizos; el partido ganaba en tensión por numerosas faltas y perdía brillo rumbo al descanso.
Javier Bolaños en el segundo tiempo venció a Cuéllar con un toque de derecha para destapar la olla en 50 minutos de juego, el 1-0 animó más el encuentro.
Pero el gol fue un espejismo en cuanto a calidad de juego. Las faltas continuaron y afloró la mala intención. La mayoría de cambios aportaban poco y el juego brusco arreciaba. La afición local se indignaba por todo, naturalmente, pero más cuando alguna falta del rival no terminaba en amarilla o roja.
Luego de la hora de juego la calidad bajó y el trato al balón iba más con pelotazos. Nadie dominaba el balón pero sí habían varios apelando a las artes marciales. Un tatami gigante, los dos se olvidaron del agradable fútbol que habían practicado durante el juego.
Nadie avanzaba jugando de espaldas, esa postura fue falta cantada en cada disputa de balón. Krisean López, el beliceño, tuvo la última palabra y sin ángulo, con un tiro ajustado, puso el 1-1 en el tiempo agregado. Platense estuvo más cerca de ganarlo en pelota quieta pero Arizala la mandó afuera solo. Tensión y emoción al máximo en al ocaso. División de honores en una guerra.