“Bienvenidos al infierno” fue el mensaje de la Turba Roja, al momento que salieron los equipos a saludar a los aficionados, lo que también incluyó fuegos artificiales. Minutos después, apareció la lluvia sobre el estadio Quiteño, que fue el ingrediente especial de la noche en Santa Ana.
El conjunto tigrillo regresaba a casa y sus aficionados volvieron a respaldar al equipo, aunque no con la cantidad de los partidos anteriores. Pudo influir la derrota que sufrieron el fin de semana anterior.
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Truenos y algunos relámpagos se sintieron durante el encuentro. Pero las personas no dejaron de cantar, ni de apoyar. Entre ellos, un grupo menor a 25 personas que alentaban a los tecleños, a quienes apodaron como los más fieles del equipo periquito.
Lo llamativo es que hasta minutos antes del partido no se percibían amenazas de lluvia. Pocos andaban preparados con alguna chumpa o suéter. Cuando la lluvia apareció, varios vendedores sacaron entre sus mercaderías algunas capas plásticas para comercializarlas con las personas, quienes rápido las adquirieron para protegerse.
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El clima estuvo fresco, agradable, pero varios no dejaron de sudar, al estar sufriendo con cada una de las jugadas, ya sea a favor o en contra. ¡Así es el fútbol!