“Pasión por el fútbol” es un sentimiento que comparte Yolanda Hernández, con sus tres hijas, dos de ellas, jugadoras destacadas en la Liga Nacional de Fútbol Playa, que ha iniciado su segunda edición.
“Tengo cuatro señoritas, tres juegan, les encanta igual que a mí el fútbol. En la Liga hemos incorporado hasta ahorita a dos: la mayor, Yasmín Pleitez, y la última, Jenniffer Natalia. Ambas trabajan más que todo en la portería, porque tienen reflejos para esa área, y Bertita que ahorita no está en la liga pero la estamos trabajando también”, comenta la orgullosa mamá a Indes.
Yolanda, quien se dedica al corte y confección, es la asistente técnica en el equipo costero, con quienes también ha llegado a jugar. Para ella es muy emocionante poder tener cerca a sus hijas: “Si algo les pasa, allí estoy yo, y para mí es una gran alegría estar a la par de ellas trabajando, divirtiéndonos, y pues psicológicamente siempre les exijo, pero también trato la manera de entenderlas cuando algo no se da para que no se frustren y sigan adelante trabajando”, dijo la “profe”, como es llamada por las demás jugadoras, quien reconoce que con la mayoría de jugadoras es así, porque “la juventud de ahora necesita algo en qué enfocarse, para poder desempeñarse como personas y poder tener un buen futuro”.
Por su parte, Yasmín y Jennifer, con apenas catorce años, disfrutan de esta experiencia en familia en la Liga de Fútbol Playa, con los sueños de grandeza de destacar más en la competencia.
“Desde chiquita, como a los 10 años, comencé a jugar fútbol playa por influencia de mi mamá, ella me enseñó lo que sé”, dijo Jennifer Natalia, la adoslecente, quien explicó que está más acostumbrada a jugar fútbol playa que fútbol 11. “Siento que en fútbol 11 no me entiendo mucho”.
La joven jugadora reconoce que los entrenamientos son más cansados, por la arena, y debe tener cuidado para no lastimarse, pero eso no le impide dar lo máximo en cada práctica. “Todas vamos a poner nuestro mayor esfuerzo y vamos a ver cómo salimos y espero que ojalá podamos ganar”, dice.
Mientras que, Yasmín Michel, de 21 años, comenta que comenzó a jugar en partidos a los 12 años, y además de disfrutar de la actividad física, tiene la ventaja que puede compartir momentos con su familia.
“Me siento atraída por jugar, por querer ganar, por compartir momentos con las compañeras y hacer sentir orgullosa a mi madre”, dice Yasmín, quien agrega que “si se quiere ganar, si a uno le gusta, hay que echarle ganas, jugar al 100 y primero Dios sacar buenos resultados”.
Para Berta Esmeralda (18 años), la tercera hija de este clan en el fútbol playero, todavía está en proceso para incorporarse, por lo que aún le reservan un cupo para inscribirla en el equipo y así disfrutar más de esta actividad familiar, que se combina con la arena, el sol y la alegría de un gol.