Una nueva etapa es la que está viviendo Efraín Junior Burgos. El futbolista, quien su último equipo en el país fue Alianza FC, está ahora en receso en cuanto al deporte. No está ligado a ningún club, pero tiene sus razones personales.
Sin embargo, no está alejado del fútbol mismo. En sus redes, el mediocampista ha compartido postales en las que se ve con niños de una Academia a los que entrena. Es algo que combina con lo que ha hecho toda su vida y de la que respira su familia, ya que su padre, “Chirolón” Burgos, es técnico profesional.
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Burgos contó a CANCHA parte de esta historia. Resumió: “Es una academia. Se llama Rush. (Está) en Alpharetta, Georgia. Tengo tres equipos de niños: U14, U12 y U10, y tengo mis campamentos profesionales que hacemos cuatro al año”. Nada mal para buscar el mejor talento de los pequeños, sobre todo como cazador de los mejores jugadores.
Consultado sobre cómo se dio la iniciativa de querer entrenar niños, contó que no sería algo nuevo. “Siempre me ha gustado entrenar a niños. Lo he hecho esporádicamente, por muchos años. Es una manera que me llena de felicidad el poder transmitir mis experiencias con lo que será el futuro (del fútbol)”, manifestó.
El jugador comentó qué es lo que hace, cuál es su enseñanza desde su función como ser profesional, ya que no es DT directamente. “Primeramente, trato la manera de que los niños entiendan los procesos del fútbol. Que con mucho trabajo y esfuerzo, poco a poco, seguirán evolucionando como jugadores”, dijo.
“Trato la manera de enseñarles a ser mejores personas, mejores alumnos, mejores compañeros, que el fútbol es el mejor maestro”, reiteró, haciendo énfasis a dar más calidad como seres humanos, más allá del fútbol mismo como una profesión.
En cuanto a qué significa para él como persona, más que como futbolista, el impartir estas clases a los niños, enfocándose a un mañana mejor para el fútbol y para la vida afuera de él, no dudó en responder que le da satisfacción. Un aporte al mundo de otra manera.
“Es muy gratificante. Es llenar un círculo completo. Siempre recuerdo mis inicios como futbolista de cuatro años en la Canchita del El Tamarindo en Santa Ana. Que todo es posible en esta vida, con mucho sacrificio”, expresó. “Invito a mis jugadores a que sueñen con cumplir todos sus deseos, porque las posibilidades son grandes”, reiteró Burgos.
Pero no quedó de lado aclarar la inquietud de si, con todo esto, Junior podría seguir los pasos de su papá. Un DT exitoso y, claro, a futuro pensar en poder ser un técnico profesional también como el hombre quien de igual forma lo ha guiado en todo en la vida.
“Mi padre fue siempre mi entrenador, desde pequeño hasta que salí para la universidad. Tuvimos una relación bien bonita padre e hijo y entrenador a alumno. Estoy muy agradecido con él, porque me enseñó el fútbol puro y para mí fue fundamental para llegar a jugar profesionalmente”, externó el ex de la Selecta.
“Por ahora, estoy sacando mi Licencia B de la US Soccer Federation (Federación de Fútbol de EE.UU.). Trato la manera de prepararme para un futuro”, aclaró.
“Puede que dirigir profesionalmente sea una posibilidad. También me gusta la posición de gerente deportivo, y en enero sacaré mi licencia de Director por medio de la Federación de Estados Unidos”, complementó un Burgos con visión clara a nuevos destinos no tan lejanos, y que ahora empieza con chicos y mañana podría aplicarlo a otro ámbito.
No faltó preguntarle si le da tips “Chirolón” o si le pide consejos como padre o como DT. Además, cómo se siente su papá de que, de cierta manera, está siguiendo un poco su rastro bajo la dirección técnica empezando con todo esto. El futbolista no escondió nada.
“Por ahora, después de mis partidos con los niños, nos hablamos, le cuento cómo me fue y nos reímos de que estoy viviendo lo que él ya vivió en sus comienzos como técnico. Me aconseja a tener mucha paciencia en esta etapa; y me imagino que cuando llegue a la fase del profesionalismo, él será muy importante como referencia”, anticipó.
Y en ese marco de paternidad, Burgos de igual forma ya se estrenó como padre. Contó cómo lo ha marcado, y no dejó de lado mencionar qué ha sido de su vida como jugador en activo.
“Ser papá es lo mejor que me ha pasado en mi vida. Es algo difícil de describir. Solo si eres padre o madre lo entenderás. Pero estoy muy feliz y agradecido con Dios por esta gran bendición que Él me ha dado”, comentó.
“Por ahora, mi carrera tuvo que tomar una pausa por el nacimiento de mi hija (Luna). Espero, en enero, poder volver a las canchas”, dijo.
Y no dejó de contar una ilusión que tiene. Una de un grande: “Sueño con que mi hija salga en las fotos conmigo y me vea jugar antes de retirarme. Así como mi papá lo hizo con mi hermana y yo. Sé que lo cumpliré”. Un Junior de éxito.