Eduardo Amaya, presidente de Santa Tecla, redondeó en 120,000 dólares el estimado de pérdidas económicas que ha sufrido su club durante el parón del torneo Apertura 2022, ocasionado por la acefalia institucional que sufre la Federación Salvadoreña de Fútbol (FESFUT) a falta del comité regularizador nombrado por la FIFA.
Durante su intervención en el programa “Fanáticos Radio”, el dirigente confirmó que solo en la segunda mitad de julio pasado, al inicio de la crisis, su equipo no dejó de desembolsar 40,000 dólares en concepto de salarios para su plantel, mismos que han representado pérdida ante la falta de ingresos por patrocinios y en taquillas por partidos oficiales del campeonato local.
Diez años del primer juego del Santa Tecla FC en la Liga Mayor
“Para la última semana de julio teníamos programado el pago de un patrocinio importante, que simple y sencillamente no se pagó. Lo entendemos desde la óptica del negocio y de socio estratégico, obviamente el patrocinio no es un cheque en blanco, pues lleva consigo una contratación inmersa, tiene que haber una exhibición de la marca y una serie de requisitos que así te piden”, explicó Amaya.
El presidente también aseveró que no se cierra ante la posibilidad de que algunos de los jugadores extranjeros de su equipo salgan del país en los próximos días ante la incertidumbre de la reactivación del fútbol en el país. “Lo nuestro es bien incierto. Venimos por dos semanas diciendo que ya casi, ya viene, y no se tiene nada certero”.
Amaya confirmó además que “está sobre la mesa” la posibilidad de que el Instituto Nacional de los Deportes (Indes) brinde algún apoyo o “inyección” económicas tanto a los equipos de Primera División como al resto de sectores del fútbol, aunque no lo considera del todo viable. “El tema es que todo esto está detenido y no podés gestionar un apoyo al 100 del 100, indistintamente de dónde venga, si no hay una fecha clara y no sabés cuándo se va a reactivar”, agregó.
Amaya se dijo “decepcionado” por la situación económica y el modelo de gestión que se practica en este deporte. “Te das cuenta de que el fútbol no es una industria a la que le puedas apostar como inversión, sino que empiezas a tirar dinero en un saco roto. Hay muchos intereses y mucha gente que se lucra del fútbol pero que no vive para el fútbol, y eso complica más las cosas”.