Dinamarca y Túnez sellaron este martes el primer 0-0 del Mundial de Catar en el juego inaugural del Grupo D, marcado por la presencia del volante Christian Eriksen un año y medio después de sufrir un paro cardíaco en plena Eurocopa que asustó con desterrarlo del fútbol.
En un juego de muchos choques, disputado en el estadio Al Janoub en Doha, daneses y tunecinos fueron incapaces de vulnerar los arcos de Aymen Dahmen y Kasper Schmeichel, de actuaciones destacadas, y firmaron el primer cotejo sin goles en seis partidos jugados hasta el momento en la Copa del Mundo del país árabe.
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Aunque voluntarioso, Eriksen tuvo problemas para desactivar el sólido dispositivo defensivo de los norteafricanos, que tuvieron en el atacante Isaam Jebali a su hombre más peligroso. Sin la brújula de Eriksen, titular en su tercer Mundial (Sudáfrica-2010 y Rusia-2018) tras el susto que por nada le hace colgar los botines antes de tiempo, Dinamarca se perdió en la búsqueda de la victoria en la apertura de su sexto Mundial.
El nueve tunecino, Jebali, supo explotar sus conocimientos del fútbol de Dinamarca -juega en el Odense BK- para poner a prueba al experimentado Schmeichel: en la primera, en el minuto 23, lo derrotó con un disparo a ras, pero el línea decretó fuera de juego; y en el 43, el ex Leicester envío al córner con las puntas de sus dedos un intento de bañarlo en un mano a mano.
Con pocas posibilidades de entrar jugando al área norteafricana, Dinamarca apostó por el juego aéreo (Andreas Cornelius estrelló un cabezazo en el poste en el 71) y los remates lejanos (Dahmen mandó a la esquina un violento zurdazo de Eriksen desde la media luna (70) y un derechazo de Cornelius en el descuento).
Apostando todo por el triunfo, el seleccionador danés, Kasper Hjulmand, hizo un triple cambio (65) que incluyó la salida del capitán, el zaguero Simon Kjaer.
Los europeos pasaron a asfixiar a sus rivales, que pretendieron sacudirse dándole ingreso a su perla Hannibal Mejbri, mientras que su referente, el mediocampista Wahbi Khazri, vio el juego desde el banco.
Los revulsivos, sin embargo, tuvieron poco peso ofensivo, pero ayudaron a que Catar fuera testigo del primer cotejo sin goles.