La asignatura deportiva nacional sufrió transformaciones tanto para el deporte rey como el resto de disciplinas, esto último con miras a los Juegos Centroamericanos y del Caribe San Salvador 2023.
El fútbol once ha sido el más estancado de todos. Desde Selecciones Nacionales hasta las ligas profesionales, en estos cuatro años es difícil decir que algo se ha mejorado en el balompié.
Hubo pocas cosas positivas a destacar, la Selecta se topó con su techo de siempre en la pasada Copa Oro y rumbo a Qatar 2022 fue un rotundo fracaso.
En cuanto a la Primera División casi todo se asemeja a una foto añeja, canchas deplorables, dirigencias en constantes problemas, una pandemia que pegó fuerte y los equipos que no levantan nada en torneos internacionales. Campeones van y vienen pero trascendencia fuera de las fronteras no tienen.
Ya en espacios donde el GOES tiene más campo para intervenir con toda su fuerza por medio del Indes ciertamente el panorama es bastante más distinto. La situación difiere en comparación con el calamitoso fútbol “profesional” del país.
La gestión encabezada por Yamil Bukele, presidente del Indes, ha tenido varias iniciativas que han buscado desarrollar el deporte en el país.
El convenio con LaLiga para el Programa LaLiga, Valores y Oportunidad es una iniciativa que ha beneficiado a la inclusión, la inserción laboral, educación en valores, prevención de violencia y emprendimiento. Dirigido a niños, jóvenes como principales objetivos, pero también a adultos: monitores, gestores y voluntarios. Un trabajo colaborativo sin ningún precedente para citar.
También el ente rector de los deportes en El Salvador supo identificar el potencial del fútbol playa, modalidad que ha brindado muchas más alegrías en el presente siglo que la de fút once.
Por eso Indes impulsó el nacimiento de la Liga de Fútbol Playa Copa CEL, certamen que se inauguró con doce equipos y que ha llegado hasta treinta combinando tanto categoría masculina como femenina.
Con esta liga no solo se propaga la práctica del deporte rey sobre la arena, sino también se fomenta la competitividad y el escaparate para muchos jugadores para que luego puedan ser tomados en cuenta en las Selecciones Nacionales.
En deporte en general también han sido mejor apoyados otros sectores que no forman parte del círculo mediático como el enfatizado en comunidades, personas con discapacidades y los adultos mayores: Programa de academias inclusivas y Programa de Educación Física para el Adulto Mayor.
Si bien es difícil medir su impacto deportivo, la creación de la Liga Nacional de Fútbol ha servido para que varios jugadores y profesionales del fútbol pudieran encontrar un espacio para desarrollarse o continuar con su crecimiento. Un proyecto socio-deportivo sin afán de competir, según Yamil Bukele, con la arena oficial-profesional.
El apoyo a atletas de deportes individuales también ha sido clave para la obtención de éxitos a nivel mundial, varias medallas lo certifican con nombres propios: Ivonne Nóchez, Yuri Rodríguez, Roberto Hernández, Mariana Salazar, Esteban Ibáñez y Marcelo Arévalo.
Preseas que han hecho eco del nombre de El Salvador a nivel internacional, cada quién en su especialidad haciendo lo que mejor saben hacer. Nombres muy pesados hoy en día en cuanto a deporte salvadoreño se refiere, cada uno con su carácter y fuerza únicas.
Todos ellos con éxitos fuera de territorio cuscatleco que recuerdan que el atleta sólo no puede, sino que necesita del apoyo logístico y económico para poder tener esta soñada trascendencia para la que luchan día a día.
Los atletas federados están bajo un programa de estímulos y premios que han dado un impulso para que puedan intentar cumplir sus metas a futuro. Ayudas que dan espaldarazos por el deber ser como atletas más allá de los resultados deportivos.
Un caso aparte fue el de Alfa Karina Arrué en un deporte que en sí conlleva un altísimo riesgo de práctica como el montañismo. Karina tocó varias puertas sin éxito hasta que Indes le brindó el apoyo para poder ir al Everest.
Así, Alfa Karina se convirtió en la primera persona salvadoreña en escalar el “Techo del Mundo”, una proeza que todavía no se termina de valorar en su correcta dimensión. Ya dicho logro le abrió otras oportunidades a Arrué para llegar a otras cimas a nivel mundial. Un hito difícil de olvidar.
Cuesta arriba
Uno de los apartados donde el GOES se las ha visto para responder en tiempo se concentra en las exigencias que conlleva albergar unos Juegos Centroamericanos y del Caribe.
Para tal escenario Indes planteó la remodelación de varios recintos deportivos con el fin de responder a los estándares pertinentes para acoger dichos juegos deportivos.
El diagnóstico completo previo arrojó que las intervenciones para la mejora de infraestructura eran imperativas, recintos que requerían de remodelaciones funcionales acorde a las circunstancias.
Estadio Jorge “Mágico” González, Complejo Deportivo de Ciudad Merliot, Estadio Nacional Las Delicias, por mencionar algunos, han sido objetos de transformaciones que al día de hoy aún no han sido completadas.
A menos de un mes de los juegos de San Salvador 2023 los recintos aún se mantienen en obras y parece que llegarán con lo justo para la inauguración del evento aunque asegurarlo es aventurado.
En ningún momento hubo plazos con fechas precisas por parte de Indes, pero faltarán todavía algunos días o semanas para ver inaugurado el primero de varios que acogerán a los juegos deportivos.
El “Mágico” González es un recinto icónico que tiene una lenta transformación y que ha estado en boca de muchos en redes sociales. Se desconoce si en el futuro se celebrarán juegos de Liga Mayor ahí, pero de llegar a estar disponible asoma como una opción casi obligada para los equipos capitalinos y de los más inmediatos alrededores. Opción que desde hace años no tienen en óptimas condiciones.
Otro estadio que avanzó en su remodelación “a fuego lento” ha sido el Estadio Nacional Las Delicias que también se espera que se encuentre listo para estos juegos que se celebrarán a partir del 23 de junio. Faltan aún varios detalles para lograr la presentación que esbozó la maqueta respectiva.
También están otros escenarios que se espera estén listos para el banderillazo como el Complejo Deportivo Flor Blanca, el Complejo Deportivo El Polvorín y la Villa Centroamericana y del Caribe en las instalaciones de la Universidad de El Salvador. La demora ha sido la regla pero se espera que esta finalmente no tenga la última palabra.
Se podría sopesar que el tema escenarios ha sido el más pendiente de los temas en la agenda del GOES. Tuvo el atino para evaluar escenarios abandonados y en pésimas condiciones, pero la renovación le ha costado muchísimo a menos de un mes de los juegos de San Salvador 2023.
Un papelón enterrado
Aunque no tuvo mayores repercusiones si hubo un auténtico despropósito del GOES a través del Indes fue la búsqueda de imponer una “Comisión Normalizadora” para homologar Estatutos FIFA con la Ley General de los Deportes de El Salvador.
Esto ocurrió luego de que el Estado interviniera tras una denuncia del Indes a la Fiscalía General de la República.
Volviendo a la Comisión Normalizadora que Indes logró imponer apenas por unos días, recordamos que el director de esta fue el argentino Lucas Labbad, quien trabajó por varios años con Boca Juniors.
Pronto FIFA no reconoció la participación de dicho conglomerado impuesto por Indes y Labbad tuvo que retirarse sí o sí para dar paso al Comité Regularizador legítimo que hasta hoy en día continúa su trabajo para “poner orden” en la Fesfut.
Si bien la instalación del Comité Regularizador de la Fesfut no fue directa obra del Indes, sí que la intervención del Estado al ente que regula el fútbol profesional propició lo dicho. Caso contrario la federación de fútbol de El Salvador hubiera podido sufrir desconocimiento por parte del ente rector con graves consecuencias para las selecciones nacionales y ligas profesionales.
Aquella intervención realizada en julio de 2022 derivó en meses después en varias situaciones como en el establecimiento de un reducido Torneo Apertura 2022 que tuvo un formato muy cuestionado por los jugadores y profesionales del deporte.
Luego de varias semanas en pausa, aquel certamen estuvo cerca de no disputarse a razón del escaso tiempo para definir una fase regular, la eliminatoria y por último la gran final.
Poco a poco el Comité Regularizador fue otorgando los permisos respectivos, el restablecimiento de la agenda común de la federación y sus departamentos; una tarea con la que sus miembros tuvieron que correr.
Las tareas de dicho comité se vislumbran lejos de ser finalizadas. La Liga Mayor recientemente tuvo un torneo que fue cancelado a raíz de una tragedia ocurrida en el Estadio Cuscatlán. Los tratos hacia las categorías reservas y femeninas no han mejorado, pero estas tareas ya no competen al Indes.
La historia recuerda que las suspensiones FIFA a la Fesfut no han tenido resultados que cambiaran la estructura del fútbol salvadoreño. Si bien desde lo administrativo el comité ha trabajado para dar un giro a la federación, por ahora los cambios más drásticos todavía no se contemplan.
Fuera del fútbol once el deporte ha tenido cambios para bien que no pueden pasar inadvertidos. En estos cuatro años las mejoras han sido instaladas para cambiar una cultura deportiva deficiente que data de varios años.
Infraestructura, convenios, proyectos; el esfuerzo tendrá que ser sostenido para que a largo plazo sea evidente y sustancial los cambios ya realizados y los que están por venir. Pero hay errores cometidos que no se pueden repetir nuevamente.