Segunda y tercera en el pasado Mundial, Croacia y Bélgica viven momentos antagónicos en Qatar: los balcánicos avanzan hacia la clasificación con la solidez habitual, mientras que los Diablos Rojos han entrado en combustión y amenazan con explosionar.
Según la prensa belga y francesa, la concentración del equipo en el paradisíaco Hilton Salwa Beach, al sur de Qatar, se ha convertido en la casa de los líos, tras enfrentamientos verbales e incluso físicos que implican a varios de sus pilares; Hazard, Kevin de Bruyne o Jan Vertonghen.
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En el Ahmad Bin Ali Stadium Bélgica chocará contra un equipo croata que inició el Mundial con un insípido empate sin goles frente a Marruecos, pero que se entonó ante Canadá, remontando su gol inicial para ganar 4-1. El finalista del pasado Mundial, de nuevo con Zlatko Dalic al mando en el banquillo y el eterno Luka Modric en el campo -37 años y cuarto torneo-, ayudado por Mateo Kovacic, se mostró muy sólido ante un equipo de alto ritmo como el canadiense.
En sus cinco participaciones mundialistas anteriores, Marruecos solo pasó a octavos de final en una, en México 1986, y hoy tiene una gran oportunidad para avanzar de nuevo, con su duelo ante la ya eliminada Canadá en Doha. Será en el cierre de la tercera jornada del grupo F, donde Marruecos depende de sí mismo para lograr la misión, bastándole incluso con el empate.
Una victoria clasifica a los marroquíes para los octavos, como primeros o segundos de grupo. El empate le sirve para pasar como segundo y una derrota le obliga a depender del resultado entre belgas y croatas, que juegan a la vez en el otro partido del grupo.