El estadio Jorge “Mágico” González se vestía de gala por primera vez en 20 años para recibir una final del fútbol salvadoreño y no se quedó corta para recibir a las entusiastas aficiones de Club Deportivo FAS y del 11 Deportivo.
Desde temprano, las orillas del estadio estaban colmadas de aficionados ansiosos por entrar y sobre las 2:00 p.m. que abrieron las puertas, hasta eso de las 3:30 p.m. ya había ingresado cerca de la mitad de la capacidad del Sol asignado para los fastanecos.
A medida avanzaba la tarde se seguían llenando los sectores y la afición santaneca era mayoría en todo lo que se observaba. Cerca de las 5:00 p.m. los equipos salieron a hacer un primer acercamiento a la cancha y sus aficiones reaccionaban de manera entusiasmada.
La artista salvadoreña Julissa Ventura deleitó con sus éxitos a los miles de aficionados congregados en el escenario deportivo, mientras volaba por los aires capitalinos una avioneta identificada como “Turba Roja Los Ángeles”, que arrojó unos papeles a la cancha, que resultaron ser billetes con la cara del empresario Adolfo Salume y los logos de Alianza, Águila y 11 Deportivo.
La afición de FAS, como era de esperarse, levantaba sus manos y formaban un mosaico azul y rojo al escuchar los nombres de los once protagonistas de la final, a modo de cumplir con un recibimiento especial, en el marco de lo permitido por la organización de la final.
Los aficionados hacían levantar sus luces amarillas en el sector de Sol Sur del Coloso de la Flor Blanca al escuchar los nombres de sus jugadores en la alineación inicial, mientras terminaban de llenar su sector.
A minutos de iniciar el partido también cabe decir que se reportó un sobreingreso de aficionados en el sector de Sol, ya que claramente se identificaban decenas de aficionados tapando los pasillos interiores de la localidad, superando en demasía a las poquísimas butacas que quedaban pendientes.
Sin embargo, a pesar de los cánticos y el apoyo en los 120 minutos, tuvieron que irse entre lágrimas y frustración, mientras los ahuachapanecos se fueron contentos hacia la "ciudad de los ausoles" gritando "¡Allí, allí está el campeón!".