Turquía es conocido en el mundo del fútbol como un sitio donde se vive con mucha pasión el deporte rey, pero a veces, hay clubes que se exceden y se manchan de racismo y xenofobia.
El país de Turquía ha sido conocido por siglos como uno muy hostil y peligroso para personas de comunidades ajenas al islam y el fascismo otomano.
Según la RAE, el racismo es una "creencia que sostiene la superioridad de un grupo étnico sobre los demás, lo que conduce a la discriminación o persecución social".
En tanto la xenofobia es definida por la RAE como "fobia (miedo) a lo extranjero o a los extranjeros".
Esas dos situaciones fueron las que padecieron todos los futbolistas y cuerpo técnico del equipo "Amedspor Kulübü" en su visita al Bursaspor por la Segunda División de fútbol profesional en Turquía.
Durante el cotejo varios fans del Bursaspor, equipo que hasta hace tres años jugaba en primera división, lanzaron objetos a los jugadores del Amedspor y desplegaron letreros ofensivos durante todo el encuentro.
¿Por qué estos actos de racismo y xenofobia? los fans del Bursaspor se comportaron de forma salvaje por ser fanáticos nacionalistas radicales.
Esta ceguera política convierte al equipo de la ciudad de Amed, con una comunidad kurda importante, en blanco de todo tipo de actos ofensivos, tanto verbales como físicos, por parte de los hinchas del Bursaspor.
Los kurdos son la segunda etnia más numerosa de toda Turquía, pero han sufrido por siglos marginación y persecución por parte de los turcos, hasta en la actualidad.
Estas actitudes incivilizadas han sido alentadas en la última década por el discurso que impera en la oratoria del dictador y actual presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan.
Ya que las aberrantes conductas nacen desde ni más ni menos que la presidencia del país, es común que esta intolerancia no solo se manifieste en partidos de fútbol, sino en la cotidianidad del sufrido pueblo kurdo en Turquía.
Tal es confirmada esta situación, que el juego entre el Bursaspor y el Amedspor nunca se suspendió pese a la intensa agresividad que mostró la violenta hinchada del equipo local.
El compromiso se finalizó en tiempo reglamentario pese a las reiteradas interrupciones.
La federación de fútbol turca, sin embargo, contrario a la beligerante doctrina gubernamental, demostró cierta humanidad tras los hechos acaecidos y castigó con nueve partidos a puertas cerradas al Bursaspor.
También, el Bursaspor deberá pagar 17,200 dólares por agresiones, trato, intimidación, odio y ataques racistas a los futbolistas del Amedspor.
Según el especialista en fútbol y política, Lucas Zalduendo, los hinchas del Bursaspor mostraron en el juego contra el Amedspor pancartas con la imagen de un auto de fabricación francesa en referencia a las operaciones encubiertas realizadas por el gobierno de Turquía en la década de 1990.
El auto, según Zalduendo, se usaba para secuestrar a miembros del Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK). Entre esas pancartas también estaba la imagen de Mahmut Yildirim, un agente rebelde turco acusado de asesinatos de ocho kurdos en Turquía.
El equipo denunció que el partido nunca se suspendió y mostró las agresiones que recibieron los jugadores: