Miércoles feliz para el Barcelona en Arabia Saudita. Horas después de recibir la cautelar que le permitirá alinear a Dani Olmo y Pau Víctor, el Barça derrotó 2-0 al Athletic Club y se clasificó a la final de la Supercopa de España.
La noticia, anunciada por el Consejo Superior de Deportes (CSD) cuando faltaba poco más de una hora para el inicio del partido, no dejó margen de tiempo para que ambos jugadores saltaran al terreno de juego, pero supuso una inyección de moral para un equipo que llegaba de semanas de penurias tanto en el césped como en los despachos.
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El equipo culé espera rival para la final el domingo por el primer título del año, que saldrá del duelo del jueves entre el Real Madrid, vigente campeón de Liga, y el Mallorca, vigente subcampeón de Copa.
La euforia culé contrastaba con un Athletic Club que afrontó el choque sin sus dos principales estrellas. No resultó extraño que fueran los hombres de Flick los que arrancasen con un punto más de chispa y que se pusieran por delante en el marcador.
Una buena combinación del equipo azulgrana -de verde fosforito este miércoles- desembocó en un pase atrás de Álex Balde que remató Gavi de primeras con la zurda y el balón pasó entre las piernas del arquero internacional español. Una colosal intervención de Simón en un mano a mano con Raphinha (23') evitó el segundo.
El Athletic, vigente campeón de Copa, colíder de la Europa League y sólo dos puntos por detrás del Barça en Liga, adolecía de su intensidad habitual, la que le había llevado a no perder ningún partido desde el 6 de octubre (Girona).
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El segundo tiempo comenzó sin cambios, pero al Athletic le costaba salir con el balón jugado. De una pérdida rojiblanca y recuperación del ex del Athletic Iñigo Martínez llegó el 2-0, obra de Lamine Yamal. Habilitado por un pase de Gavi a la espalda de la defensa, el extremo de 17 años no perdonó en el partido en que reaparecía después de caer lesionado del tobillo en diciembre.
Fue la sentencia "de facto" de un partido menos eléctrico que los precedentes compromisos entre ambos equipos.
Con un mes de enero cargado de partidos en Liga, Copa del Rey, Europa League y Champions, ninguno de los dos equipos pareció por la labor de derrochar más energía de la necesaria hasta el pitido final.