De esos talentos de juventud y con proyecciones grandes a futuro. Ese es el caso de la salvadoreña Karina Sigrith Barrera, una joven árbitro de Fútbol Sala (Futsal), nivel federado (pertenece a la Fesfut).
Pero esta chica no es solo una árbitro. Tiene muchas facetas que, con solo 19 años, la complementan. A su pasión por el fútbol, la unen también el ballet, estudia y está por graduarse de bachiller, tiene un emprendimiento de bisutería, y tiene conocimiento de varios instrumentos musicales.
Por lo que su caso se convierte en uno de esos ejemplares. Si bien es de San Salvador, ahora vive en San Vicente, y se siente representada por este departamento. Así que la vicentina, desde aquella trinchera, sigue ampliando sus sueños como árbitro Futsal.
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"Llegué a conocer el arbitraje en el año 2018 (con 13 años), gracias a mi papá (Manuel de Jesús Barrera), ya que él también es árbitro (también Futsal), actualmente Árbitro FIFA. Él me motivó y me enseñó todo del mundo del arbitraje", contó a CANCHA, sobre su historia.
"La verdad, elegí el Futsal porque fue la primera modalidad que me enseñaron y me encantó de entrada. El Futsal es juego rápido y en lo personal es súper emocionante", comentó del por qué está en esta modalidad.
Barrera cuenta que le gustan el fútbol y el arbitraje por lo que hace con pasión esta profesión, en la que ya se prepara para -a futuro- ser nivel FIFA. "Me gustan las dos cosas. Del fútbol, me encanta sentir esa emoción (que genera). (…) En el arbitraje, uno vive prácticamente el partido junto con los jugadores", dijo.
"Aún no soy FIFA, pero estoy en proceso de serlo en un par de años. Estoy preparándome física como teóricamente en las reglas de Futsal. Crecer en esto es más perseverancia, paciencia y mucha disciplina", reiteró la joven árbitro.
Por eso, esta réferi de sala tiene claras sus metas: "Mi objetivo como árbitro es crecer en conocimiento y experiencia poco a poco, y ser un árbitro internacional (FIFA). No pienso probar otra modalidad de fútbol, ya que mi casa y mi hogar es el Futsal. Nada se compara a un partido de Futsal, más si los equipos son Soya vs. San Jacinto".
Sobre los otros roles de su corta, pero agitada vida, contó: "Me encanta el ballet, lo practico desde que tengo dos años y medio. Súper pequeña, llegaba a clases con pampers. (…) El ballet fue parte de mi vida desde muy pequeña hasta la actualidad, aunque tuve que dejarlo casi por cinco años porque me mudé a San Vicente y se me dificultaba ir a mis clases en San Salvador. Pero esos cinco años fueron productivos ya que fue cuando conocí del arbitraje", expresó.
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"Este año (2023), pude volver a retomar mis clases de ballet, pero solo días sábados. (Además) Desde pequeña, estuve en clases de violín, guitarra, flauta y clases de solfa en el CENAR. Estudié siete años en esa escuela. Aprendí bastante. (…) Son momentos inolvidables que quedan en el corazón y agradezco mucho a mi mamá que me apoyó desde el primer día. Ella ha sido mi todo", afirmó esta conocedora del Futsal.
"Todos los años que estuve en ballet siempre di exámenes de la 'Royal Academia' de Inglaterra. Próximamente, me estoy preparando para dar mi examen de Grado 6. Mi meta en el ballet es prepararme para ser maestra registrada de la Royal y dar clases y tener mi propio estudio de ballet", detalló la vicentina.
En cuanto a su emprendimiento, del que menciona que ha participado en varias ferias, explicó sus inicios. "Mi emprendimiento de bisutería lo empecé en el año 2020, cuando aún estábamos en época de pandemia. Estábamos con mi papi en un centro comercial y él me dio la idea de vender pulseritas. Accedí a la propuesta y mi mamá y mi papá me apoyaron. Al principio, costó bastante tener mi primera venta, pero poco a poco fui dándome a conocer", afirma. Su negocio se llama "Bisutería Sigrith Junior" (en instagram @_bisuteria_sigrithjunior; y en facebook @sigrith junior).
Aparte, no deja sus estudios y este año se graduará de bachiller. "Me graduaré de segundo año de bachillerato general. Para llevar todo de la mano, es de saber organizar el tiempo, ya que a veces me toca dirigir en la cancha Tacón y tengo que salir de las clases del Insavi (en San Vicente) corriendo con todas las maletas hasta la cancha, para poder llegar a tiempo. Llevo mochila del Instituto y maleta de todos los uniformes del arbitraje", sostuvo.
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"Académicamente, me gustaría ser profesora en educación física, pero mis posibilidades no me lo permiten ya que soy de San Vicente y acá no hay esa profesión en la UES, y viajar se me dificulta mucho por los gastos. Pero está mi otra opción que es estudiar idiomas, ya que abre muchas puertas, y para el arbitraje y el ballet me es útil ya que se habla inglés y francés. Dios sabe cómo lleva las cosas", se sinceró Barrera.
Para esta árbitro que debutó en Futsal en 2019, a los 14 años, los eventos en los que ya participó han sido claves para seguir madurando en su carrera. Y también para marcar un precedente para otras jóvenes que quieren seguir sus pasos, como un ejemplo de que las mujeres pueden alcanzar sus metas y sus sueños.
"Uno de los eventos súper importantes que marcó mucho mi carrera en el arbitraje fue el de los Juegos JUDUCA (Universitarios C.A.), que pasaron recientemente (2023), ya que fueron partidos internacionales en los cuales aprendí bastante. Agarré experiencia. La verdad, para mí fue una experiencia maravillosa", añadió.
De sus inicios, recordó: "En el 2019, fue mi primer debut como árbitro de Futsal, en un partido en el INARCE. Y en el 2022, debuté en la Liga Mayor de Futsal. Soy árbitro desde el 2022, a la edad de 17 años, ya que en los años pasados fui una 'Aspirante'".
Una vida, sin duda, completa y ejemplar. Desde CANCHA, los mejores éxitos y más frutos para la carrera a esta joven árbitro salvadoreña.