Alianza cumplió con su “tradición”: estar en la final de la Primera División. Con mucho sufrimiento, los albos lograron remontar al Platense, al ganar la vuelta 3-1, y con un global de 3-2 lograron avanzar a la onceava final consecutiva, donde buscarán contra Águila, con quien empatan en 16 títulos, alcanzar la 17.
Tremendo ambientazo en el estadio Cuscatlán, que rozó al que se vive en una final, como la que vivieron estos dos hace algunos meses. Ahora la presión era distinta, pues los albos tenían que remontar la desventaja que sufrieron en la ida (1-0), en Zacatecoluca.
El partido cumplió los pronósticos de que sería un “partizado”: intenso, entretenido, de buena dinámica y también parejo, pues aunque los albos tomaron el control de la pelota, los galleros generaron peligro las pocas veces que se acercaron en la meta rival.
Una sola variante se presentó en los equipos titulares y fue la aparición de Juan Carlos Portillo, en el once inicial de los paquidermos, por Óscar Cerén, que salió en el Toledo Valle. Con esto, Milton Meléndez mantuvo el 4-4-1-1. Por su parte, los galleros salieron con el mismo equipo que lo hizo en el primer partido (4-1-4-1).
El primer tiempo tuvo la complicidad de que a partir del minuto ocho apareció la lluvia y esto también hizo que se tuviera un duelo exigente para los jugadores y también para los aficionados, quienes no dejaron de alentar, a pesar de estar mojándose, tanto los que estaban en el sector popular, como los que estaban bajo techo, por las múltiples goteras.
En los minutos iniciales, Platense se dedicó a aguantar y contragolpear. La propuesta la hacían los albos, la cual tuvo resultados, a los 10’, tras un tiro libre que Monterroza convirtió en centro y definió Bryan Tamacas, solo, de cabeza.
Explosión de alegría entre los locales, quienes veían cumplidos el objetivo de igualar la serie y salir a encarar un nuevo partido.
Esto dio confianza a los jugadores paquidermos, quienes con más ímpetu buscaron la portería de Meme González, quien pedía calma a los suyos, producto de su experiencia, a pesar de los sustos que vivió con un tiro de Cabrita Portillo, al poste (28’), y un cabezazo que con suerte se quedó con la pelota (30’).
Platense no podía llegar y sus mejores situaciones eran a balón parado. Una de ellas, tras un tiro libre de Barahona, Arizala tocó el balón con el brazo y esto derivó en un penal, que reportó el línea uno, Francisco Zumba, al central Giovanni Corona.
Más allá de las protestas capitalinas, el colombiano agachaba la cabeza y daba explicaciones, al parecer había sido intencional.
El zurdo Barahona se encargó de convertir el penal, en el empate, con un tiro potente y raso que estuvo cerca de atajar González (38’), ahora trasladando la locura a los aficionados viroleños, que se ubicaron en el lado sur.
Con el empate que ilusionaba al Platense, se fueron al descanso. Los albos se iban protestando a la cuarteta arbitral. Los galleros, se quedaron unos minutos reunidos, sacando breves conclusiones, entre los aplausos de sus seguidores.
Remontada
Al segundo tiempo, los dos equipos regresaron sin cambios. Hasta que al 57’, llegó en Alianza, Rodolfo Zelaya, por Portillo, para quedarse con dos delanteros arriba. También, adelantar a Tamacas y quedarse con tres, atrás.
Platense estaba replegado en su sector, solo con Rafael Burgos, desde la línea central, corriendo todos los pelotazos que salían desde la zona baja.
Mientras los albos arriesgaban abajo, Platense se descuidó en defensa. Balonazo de Henry Romero que llegó a Fito, quien la corrió, mientras los galleros pedían una posición adelantada, la cual se convirtió en una definición de derecha del “22”, con el que los aliancistas volvieron a la vida (64’), con el empate en el marcador global.
Sin embargo, los albos jugaban como que no querían llegar hasta los penales. Los paquidermos no bajaban revoluciones, mientras los galleros quedaban a contragolpear. Sin embargo, otro descuido en la zona baja de los galleros, permitió que una combinación entre Monterroza y Mercado dejara a este último entrando solo por la izquierda, definiendo con un toque de media altura (85’).
La afición de Alianza inició desde este momento una fiesta en las gradas, a pesar de sufrir algunos sustos, que otra vez Mario González volvió a salvarlos y catapultarlos a la final del Clausura 2022.