En un abrazador calor Águila y Once Deportivo midieron fuerzas en el mítico Barraza. Los locales llevaron la iniciativa al inicio aunque con notable falta de atino en la calidad de pases.
Llamaba la atención que en algunos pasajes ambos conjuntos jugaban "hechos puño" en lugar de cubrir espacios más diligentemente en toda la cancha.
Jomal Williams se hacía querer con algunos movimientos interesantes. Jesús Dautt ordenaba a su defensa con un uniforme de cuidado, recordando pero más tallado al cuerpo a aquellos buzos usados por el exportero mexicano Jorge Campos; compatriota suyo.
LEA MÁS: Platense puso otra cruz a Chalate; y Marte sonrió sobre Jocoro
Organizar el ataque fue una misión bastante difícil para ambos en los primeros compases. Una cantidad ingente de balones largos, rebotados y algunas faltas. Desorden y ausencia de sociedades, cada quien la armaba como podía.
Mayén envió una masita a Dautt y antes de los diez minutos el partido no tomaba color, salvo por el calor.
Un derechazo en el área del "Toro" González provocó la primera clara del partido, Víctor García voló y envió el esférico al tiro de esquina. El temblor pasó rápido para los locales, andando con mucha dificultad para generar peligro.
Poco ofrecía Denis Pineda por la izquierda. Mayén y Corea le ponían ganas, pero el Once estaba firme en el fondo y por el centro no se jugaba casi nada.
Darwin Cerén dejaba claro por qué se vino de la MLS, lento, impreciso, adivinable, sin remate y sin mucho qué ofrecer más allá del marcaje, que tampoco es que fuese imperial.
En 25 minutos la dinámica reinante en la cancha era la clásica de un juego molero de Fase Regular, algo que la mayoría de gente intuyó por experiencia, y razón suficiente para mejor mirarlo mejor por la tevé con la complicidad de la bebida favorita.
Muchos movimientos predecibles, poca sorpresa, "Mucha Lucha" como se llamaba aquella serie animada, pero irónicamente poco animado el juego en ambas áreas.
Mayén de tiro libre intentó sorprender a Dautt pero la defensa respondió sobre el primer poste en una jugada con algo de picante.
Los centros no eran los mejores, ni siquiera los despejes. Era una aridez total en el ecosistema, nada refrescaba el panorama. El primer envío decente al área superó a Dautt, quien salió muy mal pero Corea no pudo darle la dirección correcta a la balona. El Once resistía, pero también la asoleada afición aguilucha, que no aflojaba en su misión de meter ambiente aún en las más llameantes condiciones.
A tres del final Santos Ortiz logró disparar en el área pero el balón se fue directo a las redes, ahí del lado que no suma. Finalmente Águila con esta jugada lograba tejer otra tras tanto, pero le faltó puntería al experimentado jugador emplumado.
Con el cero en arcos ambos se fueron a los camerinos, sin tensión, con pocas emociones y con el ritmo e intensidad que solo un vals podía ofrecer. Afloró la silbatina.
Llegaron los goles
La primera del segundo tiempo fue una de Corea, quien de aire agarró el balón y obligó a Dautt a volar. En el córner siguiente el balón fue conectado por Fredy Espinoza para el 1-0.
Pero solo tres minutos le duraría la alegría al Águila ya que Roberto González emparejaría los cartones con un balón globeado y de cabeza a Víctor García, para el 1-1. Nada pudo hacer el uruguayo-salvadoreño pese al retroceso, el balón llevó una colocación bárbara.
LEA MÁS: FOTO. El FAS y Alianza, más que un juego para una familia
Espinoza fue héroe y villano ya que despejó al centro previamente para que "El Toro" aprovechara y empatara el juego.
Víctor García en el 80' tuvo un tapadón clave para que el Once Deportivo no se fuese arriba, casi al borde del área se jugó el físico.
Jomal Williams de tiro libre tuvo la oportunidad del segundo para el Once y el balón pasó lamiendo el poste izquierdo que defendía García.
El partido se siguió jugando igual, pelotazos, faltas y con pinceladas a cuenta gotas. Poco espectáculo para una afición que se mantuvo batiendo los tambores.
Los cambios en ambos fueron más que nada para dar descanso a quienes estuvieron de titulares. Poco o nada pudieron hacer estos para cambiar la historia de un partido soso, con poca creatividad y con ideas escasas.
El juego terminó 1-1 entre abucheos para Sebastián Bini. Por los goles pareció un juego de pretemporada, donde los tantos al menos animaron un poco a la afición, pero que a la postre no la dejaron en absoluto satisfecha. División de honores y negocio para el Once Deportivo. Un juego por demás precario.