En Austria miles de personas fallecidas en los últimos meses van a recibir -por error- una subvención de 500 euros para hacer frente a la fuerte inflación y el gran encarecimiento de la energía.
El "bono climático" contra la inflación, aprobado en julio por el Gobierno austríaco de conservadores y ecologistas, es una ayuda destinada a todos los adultos -y sus hijos- que hayan residido legalmente en el país al menos los últimos seis meses, con independencia de su nacionalidad y sin necesidad de ser solicitado.
Se trata de una retribución de 500 euros por adulto y 250 euros por niño que las autoridades conceden desde principios de septiembre, explicó a AFP un portavoz del ministerio de Medio Ambiente, Martina Stemmer.
El Gobierno ha reconocido que el dinero llegará a miles de muertos recientes que siguen apareciendo en los datos de Hacienda, pues normalmente los familiares tardan semanas en finalizar todos los trámites de un deceso.
Según el diario "Die Presse", en 2021 murieron una media de 247 personas al día, por lo que el medio estima que unos 18,000 fallecidos pueden recibir la subvención estatal para hacer frente a los precios de la energía. Ese cálculo tiene en cuenta la cifra de decesos desde que se aprobó la medida, el 3 de julio.
Familiares rechazan bono
La prensa austríaca supo de la situación debido al testimonio de familiares que habían mostrado extrañeza por la llegada del bono a alguien recientemente fallecido, incluso, algunas personas han intentado regresar el dinero al considerar que este es indebidamente percibido.
Sin embargo, Stemmer expuso que se paga a todas las personas fallecidas que aún figuran en el registro fiscal y "legalmente no es posible recuperarla".
Al no ser posible la devolución debido a dificultades legales, la bonificación de 500 euros pasará a los herederos del difunto, quienes recibirán la subvención por partida doble.
Esta rareza alimenta un acalorado debate en Austria, un país próspero de Europa central que está introduciendo reformas fiscales ambiciosas para luchar contra el calentamiento global.
El "bono climático" estaba inicialmente pensado para distribuir entre los ciudadanos algunos de los fondos recaudados por un impuesto sobre el CO2, pero la cantidad se incrementó para ayudar a compensar la inflación.
La medida consiguió salir adelante pese a las diferencias en el gobierno entre ecologistas y conservadores (ÖVP), que no estaban de acuerdo en un primer momento con que los solicitantes de asilo pudieran recibir también la ayuda.