No hay oportunidades de trabajo para los jóvenes sin experiencia laboral. Es la opinión común de varios de los jóvenes, de entre 19 y 26 años de edad, que llegaron a las oficinas de un restaurante de comida rápida para buscar una plaza fija en los puestos de cajera, cocinera, repartidor y meseras.
Ana Mercedes, de 20 años, espera con un folder que contiene su hoja de vida frente a la empresa de restaurante junto con otra docena de jóvenes de la zona central del país. Llegó hasta aquí buscando una nueva oportunidad laboral, luego de estar un año como dispensadora de medicamentos en un negocio donde no tenía prestaciones laborales como Seguro Social y ahorro de pensiones.
Sus esperanzas están en ser cajera o, como segundas opciones, cocinera o mesera. “No tan fácil me lo pueden dar”, señaló con un tono desalentador. Esta es la cuarta vez que intenta ser contratada por el restaurante de pollo frito que organiza la feria de empleo. “Prefiero estar viniendo y viniendo, tal vez quedo en alguna plaza y pues, ni modo, que sea lo que Dios quiera”, señaló.
Ella estudia su primer año de Administración de Empresa en la Universidad de El Salvador (UES) y espera que con el salario que podría tener con este empleo pueda pagar los libros y materiales de sus estudios para no desertar de la UES. “Siento que hay menos oportunidades para los jóvenes de encontrar un empleo, porque hay que ser recomendado para que le den uno y ¡cómo cuesta aplicar! Todo para no quedar en un trabajo. Escuchar que otros no encuentran trabajo me hace sentir mal e insegura”, reconoció.
Minutos más tarde se acercó Sandra Miranda; llegó junto a su mamá, quien la acompaña siempre a buscar empleo. Al preguntarle sobre si tiene alguna plaza en especial a la que quiere optar, ella dice que a limpieza, mesera o cocina. Ha llevado sus hojas de vida a muchas empresas, pero no ha tenido suerte.
Considera que la peor respuesta que le pueden dar es: “Le vamos a llamar”. Esto lo toma como una señal de que eso nunca pasará. “Me siento mal porque no hay oportunidades y le piden que siempre tenga experiencia y, sin nada, es más complicado”. Esta no es la primera vez que Sandra hace una fila con su hoja de vida. Explicó que en lo que va de este año fue a tres ferias de empleo del Ministerio de Trabajo, pero no tuvo suerte.
“Apliqué para software, para empaquetar productos y atención al cliente. Estuve esperando, pero nunca llamaron. Es desesperante porque como joven uno desea salir adelante, superarse y pagar sus estudios. En este país cuesta encontrar trabajo”, señaló.
Las mujeres de 15 a 29 años son las que más están en esta condición de “ninis”. De los 452,114 jóvenes que no estudia ni trabaja, un 39.5% es población femenina, según datos de la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples de 2021.
Algunos de los jóvenes entrevistados por El Diario de Hoy señalaron que de no encontrar trabajo en el país tienen pensado emigrar sin visa hacia los Estados Unidos en busca de tener ingresos. También consideran que las ferias de empleo ejecutadas por el Ministerio de Trabajo no tiene las suficientes plazas para la demanda de desempleados.
Lo anterior fue consignado en el estudio “Cultura política de la democracia en El Salvador y en las Américas 2021: tomándole el pulso a la democracia”, que señaló que el 32 % de los salvadoreños quiere huir por razones económicas en los próximos tres años y quienes tienen este deseo, en su mayoría, son jóvenes.
Muchos de los jóvenes se enteraron de la oferta de plazas del restaurante de comida rápida a través de redes sociales y para muchos en la fila no era la primera vez que aplicaban a un puesto de este tipo. Jennifer Mungía, de 21 años, es bachiller y tiene dos hijos. Comentó que por falta de recursos económicos dejó de estudiar para buscar un empleo y luego poder pagar sus estudios en psicología o en recursos humanos o mercadotecnia.
“Antes de la pandemia tenía una venta en mi casa como gelatinas, chocobananos y así. Sí hay oportunidades de trabajo, pero depende de cada persona el querer salir adelante porque en cualquier área se puede desempeñar pero no es lo mismo a tener sus prestaciones”, señaló la joven.
Fátima Aguilar, llegó desde Soyapango y era la primera vez que dejaba su curriculum a la empresa de comida rápida. Se mostró nerviosa porque la única experiencia que tiene es en un comedor y ahora espera obtener un puesto para atención al cliente. “He ido a dejar curriculum, pero nunca me llaman porque no tengo experiencia y, como es primera vez, es bien difícil. Las empresa deben de tener espacios para el primer empleo porque es una oportunidad. Así es bien complicado”, explicó. Uno de sus sueños es estudiar enfermería.
Con experiencia, pero pocas plazas
Kevin Girola con sus 26 años ya trabajó en otros establecimientos, pero decidió renunciar a su antiguo empleo en búsqueda de algo mejor. Desde su vivencia contó que uno de los obstáculos para acceder al empleo es la poca oportunidad de tener un primer empleo que lo forme y le dé experiencia, “porque necesitamos aprender para luego desarrollarnos en una empresa que nos necesite”. Se muestra especialmente esperanzado, pero está consciente de que las oportunidades son reducidas ante los cientos de personas que aplican y compiten por tener un buen puesto.
Mientras que Enrique, de 23, tiene seis años de experiencia trabajando en el área de atención al cliente y es algo que disfruta mucho hacer. En su opinión, las oportunidades laborales para los jóvenes siempre han existido y las condiciones no han ni disminuido ni incrementado. Trabajó como mesero, bartender, cocinero, entre otros. Ahora se encuentra desempleado, pero con las ganas de seguir laborando.
“Cuando se salía de bachillerato no había oportunidades sin experiencia. Hoy en día han mejorado, porque hay posibilidades de que sin ello te puedan contratar, las empresas son más accesibles”, dijo.
José René Velasco llegó para aplicar a la plaza de repartidor. A sus 56 años goza de años de experiencia y espera que su hoja de vida llamé la atención de los empleadores. Señaló que se dedicó a ser mensajero en otra empresa, pero fue despedido y no lo indemnizaron como al resto de sus compañeros.
“Siempre he trabajado de andar dejando (envíos) y ahorita vengo a ver si aplico. Tal vez por la edad es que no nos dan trabajo porque piensan que no rendimos, pero lo he demostrado en otros trabajos”, dijo preocupado.