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Cinema Paradiso

Probablemente, no solo a Tornatore le dolió en el alma que su película “Cinema Paradiso” no tuviera eco, ni voz, ni gusto alguno en su Italia querida. “Muy larga y aburrida” fueron los comentarios de sus citadinos en la pasta y pizza. Pero la cinta, después de haber sido cortada a casi la mitad y aun sin la coherencia original de Tornatore, pudo triunfar en el extranjero. El triunfo de “Cinema Paradiso” es otro ejemplo de que “nadie es profeta en su propia tierra”.

Por Eleonora Escalante

La película “Cinema Paradiso” se difundió al público en Italia en 1988. Su director, Giuseppe Tornatore, nunca imaginó que sería un desastre en su propia tierra. Un año después, con el rabo entre las piernas, asustadísimo y hasta sintiéndose un cualquiera menos que nadie, Giuseppe decidió mostrarla en el Festival de Cannes. Y para su mayor sorpresa, el filme no solo ganó el Gran Premio del Jurado, sino que también el largometraje recibió tantos aplausos y elogios, conquistando una gran cantidad de premios en múltiples categorías, incluyendo un Oscar a mejor película de habla extranjera en 1990. ¡Qué ironía! ¿No?


Probablemente, no solo a Tornatore le dolió en el alma que su película “Cinema Paradiso” no tuviera eco, ni voz, ni gusto alguno en su Italia querida. “Muy larga y aburrida” fueron los comentarios de sus citadinos en la pasta y pizza. Pero la cinta, después de haber sido cortada a casi la mitad y aun sin la coherencia original de Tornatore, pudo triunfar en el extranjero. El triunfo de “Cinema Paradiso” es otro ejemplo de que “nadie es profeta en su propia tierra”.


La trama de “Cinema Paradiso” se vuelve tan actual porque nos muestra el deseo tan ferviente del ser humano por sostenerse en medio de la imaginación y los filmes, especialmente en momentos determinantes cuales no nos queda nada más que la memoria y los recuerdos. Nos muestra la nostalgia entre cada una de sus escenas que, junto a las notas del compositor Ennio Morricone, evoca la desesperanza de abandonar causas perdidas, personas amadas que no dejan morir a aquellos que las mantienen vivas, los recuerdos, los que en la lejanía nos reconstruyen. “Cinema Paradiso” es para mí una reflexión a la pregunta: ¿qué es el ser humano en el presente? Parcialmente, somos coleccionistas de recuerdos del pasado. Una lucha permanente por mantener vivos los momentos del presente que se convierten inmediatamente en pasado y quedan anidados en nuestros corazones. De allí el arte y sus texturas. De allí el origen de la literatura, la historia, la fotografía, el principio de las películas y aun hasta los filmes más futuristas.


¿La historia del cine en las salas de cine es un fenómeno que se niega a morir? ¿Es el cine y sus butacas un consuelo para el alma? En medio de una guerra, el cine era más que un paraíso. De cómo el cine nos llena de ilusiones, aun en medio del complejo escenario de la espera de un niño a su padre, quien yace desperdiciado en la Segunda Guerra Mundial.

Setenta y siete años después, hemos cambiado las butacas de los teatros de película por el cine formato de echarse al sofá a ver Netflix “on-demand” por 10 horas continuas. Me parece a mí que el cambio, no hace al cine más democrático tampoco. ¿Qué sucede cuando las mismas tecnologías que inventamos no solo destruyen industrias del buen entretenimiento, sino que ponen en riesgo toda una manera filosófica de contarnos las historias? ¿Qué pasa cuando el ser humano pierde la emoción de un espacio, del lugar de la exhibición del celuloide y se concentra solamente en su propio egoísmo y comodidad excesiva? ¿Es este otro recordatorio del exceso de egolatría y narcisismo moderno por mi acomodamiento conveniente? Si ya ni siquiera queremos compartir el tiempo con otros, en una butaca en nuestro cine más cercano, ¿no será que estamos instruyendo en vano, como profetas en una tierra que no nos percibe, cuando todos afuera ya se dieron cuenta de las consecuencias de perder al cine paraíso?


CEO-Founder

Eleonora Escalante Strategy Studio

Corporate Strategy Reflections, Arts & Publishing

KEYWORDS

Cine Opinión

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