Además del inicio del otoño en los países donde se distinguen las cuatro estaciones y los bosque empiezan a cambiar de los varios tonos de verdes hasta el amarillo rojizo que se admira al viajar por las carreteras europeas y de Estados Unidos, aquí en El Salvador, donde no se nota el otoño, septiembre lo entendemos como el Mes de la Patria porque el 15 de septiembre se cumple un año más de la Independencia frente al Reino de España de aquel entonces.
En las diferentes versiones sobre las motivaciones y los resultados de la independencia y los movimientos independentistas en los años anteriores, comenzando por los de Sur Amé rica, por ejemplo en Chile el 12 de febrero de 1818, en Argentina el 9 de julio de 1818, en Colombia el 7 de agosto de 1819, en Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua la Independencia culminó el 15 de septiembre de 1821.
Durante 24 años para mí los Próceres, tal como lo aprendimos en las clases de historia de El Salvador en la escuela primaria, eran héroes patriotas que arriesgando su vida, se organizaron para conseguir la independencia de “yugo de España”. Pero en 1967 recién llegado a Alemania, en Saarbrücken, conversando con un historiador de origen uruguayo me relató una versión muy diferente.
La Independencia, según él, fue un movimiento liderado por los “criollos” que eran hijos de españoles nacidos en América y que no querían saber nada de España, algo parecido a lo que les sucede hoy a los hijos de los emigrantes salvadoreños nacidos en EE.UU. que no quieren saber nada de este país, porque lo consideran retrasado y violento. Y tienen razón pues el atraso de este mi querido país por la esquina que lo miremos se ve a simple vista, en el transporte público, la educación y la salud, el estado de excepción y el descuido de nuestra naturaleza.
Pues sí, según el historiador, los criollos hartos de los tributos a un reino que no les aportaba nada se revelaron y organizaron la independencia comenzando por Sur América, Centro América hasta México.
Esa noche me acosté pensando cuál de las dos versiones es la cierta. Al final concluí, que ni la una ni la otra, pues la historia, según aprendí no se cuando, en algún momento dijo el general Hernández Martínez, que la escriben los hombres, y yo digo, que le quitan o le ponen según el momento, las motivaciones y los objetivos que quieren conseguir, si enseñar o polarizar y politizar los hechos pasados.
Pero como todo cambia hoy el Mes Patrio, ya no es tan patrio, es más la expectativa de los desfiles, las cachiporristas y sus bailes con música del carnaval, que una celebración en la que se enfatizan los símbolos nacionales, la Bandera, el Himno Nacional, la Oración a la Bandera y el patriotismo salvadoreños.
Florece el negocio de las banderitas que se ponen en los carros, pero parece que el orgullo y la autoestima salvadoreña, este 2002, están muy bajos por la creciente inflación, el estado de excepción, las fuertes tormentas y las inundaciones.
No sé muy bien en qué medida se siente y vive el patriotismo expresado en la vinculación con la tierra, la Constitución, el respeto ciudadano, el orgullo de pertenencia y sentirse ciudadano honesto y orgulloso de su lugar de nacimiento.
Pero… ¿los salvadoreños en todos los países donde se encuentran quieren a su país? Espero que sí, pues el país, como nuestra Patria, no tiene la culpa de estar como está. Somos los salvadoreños que lo tenemos como está y Dios nos ayude a poco a poco convertirlo en un mejor país. Yo cada vez que vuelvo, cuando las ruedas del tren de aterrizaje tocan suelo salvadoreño me siento feliz.
Ingeniero.