No hay arte que un burócrata aprenda con más rapidez, que el arte de desplumar a sus pobres súbditos…”, como tampoco pueden ponerse límites a las ocurrencias que les brotan todo el tiempo al respecto.
De Gaulle, el histórico líder francés, puso toda clase de presiones al Principado de Mónaco para que cobrara impuestos “para Francia”, lo que esa monarquía rehusó hacer.
Los extremos a los que pueden llegar en su voracidad los recaudadores de impuestos se demuestra en sus propuestas para que los jóvenes del Japón tomen más alcohol, ya que los ingresos por ese veneno del cuerpo y la inteligencia es uno de los más lucrativos, “tanto allá como acá, por doquier en el mundo mundial…”.
Durante su nefasta presidencia, Funes, ahora encausado por el saqueo de 351 millones de dólares de los salvadoreños, introdujo 22 nuevos impuestos, ingresos que en aquel entonces iban a parar en gran medida a los bolsillos de la banda, lo que se teme que va a ocurrir con la desmedida alza en multas para infracciones de tránsito: una significativa parte seguramente será tragada por el enorme agujero negro, un black hole como los que se encuentran al centro de las galaxias, en medio de nuestro aporreado país.
El régimen de Funes fue de impuesto en impuesto ante la imposibilidad de sustraer fondos del presupuesto de los ministerios como lo hizo Saca, en cuyo régimen se determinó que extrajeron 219 millones de dólares de esa forma, pero esta práctica fue frenada por la Sala de lo Constitucional. Al final de sus mandatos se les acusó de sustraer $301 millones el primero, y $351 millones el segundo, amén de los millones trasladados a Capres desde los ministerios.
Ahora se anuncia que otra forma de obtener más ingresos será aumentando las multas de tránsito. Está por verse, como es natural, cuál será la reacción de los conductores en nuestro suelo, que en su mayoría primero actúan y luego reflexionan.
Hay que reconocer que las multas de tránsito en Estados Unidos y naciones ordenadas han logrado ordenar el tráfico, a lo que se suma una sanción muy fuerte: cada infracción cometida por un conductor resta puntos a sus licencias; después de un número “fatal” la licencia es cancelada por un determinado tiempo, lo que deja al atolondrado conductor con tres opciones: el transporte publico, la bicicleta o caminar. Algo así también se ha anunciado que harán en El Salvador.
El punto es que los ingresos que en ese concepto no se roben ni se despilfarren.
Los altos impuestos son una rémora para el desarrollo
El fundador ideológico de la civilización actual, el orden social que erradicó el hambre en gran parte del mundo, el escocés Adam Smith, señalo que los altos impuestos son una rémora, un estorbo para el avance de la civilización, para lograr el bienestar de las masas.
A mayores impuestos, menores posibilidades de elevar el nivel de vida de la gente, como se demuestra con un estremecedor hecho: el alarmante número de personas “sin casa”, los homeless en Estados Unidos, que cubren todas las etnias, desde anglosajones y latinos hasta los afroamericanos.
Pese a tales apabullantes realidades, hay grupos políticos en Norteamérica, encabezados por demagogos, que se las pasan clamando para que se despelleje a los “ricos”, precisamente el grupo que genera trabajo y propicia el desarrollo en la nación con el acompañamiento de sus empleados.