Por Procesos migratorios hay desde los más simples y comunes hasta los más complejos. Algunos serán manejados directamente por el solicitante, y está muy bien; otros requerirán la asistencia de un tercero y también está muy bien. Pero en ambos casos, observando ciertos cuidados.
Hay que tener en cuenta que un mal manejo de un caso sea por desconocimiento o malicia puede acarrear serias consecuencias al solicitante, y eso es lo delicado de la situación, que el primer agraviado es el aplicante, sobre él recaerán las consecuencias directamente en un inicio.
¿Y qué podría suceder? En principio, la pérdida del dinero que pagó por “el servicio”, o por las tarifas de inmigración, que muchas veces son incorrectas, las dejan expirar, son innecesarias (sobre procesos infructuosos de entrada) o nunca se llegaron a realizar.
Luego viene la pérdida del tiempo. En inmigración el tiempo es clave, determina procesos a optar, posibilidades de apelar, incluso puede decidir la aprobación o no de un proceso y hasta de un status migratorio. Son muy lamentables los casos de personas que llevan años “esperando” por un caso que nunca tendrá feliz término porque no era elegible desde un inicio, por ejemplo; o porque el proceso se hizo mal, fuera de tiempo, o peor aún no se hizo, y el solicitante de buena fe cree en la palabra de quien le asegura que el caso va avanzando, cuando ni siquiera se ha iniciado, y en esto, tristemente a veces son los mismos familiares los que les mienten.
Por eso es importante que tan pronto nosotros, un familiar, abogado u otro, inicie el proceso a nuestro favor, le solicitemos copia de los formularios y pagos realizados, las claves de acceso del caso a la plataforma electrónica, la notificación que envía inmigración de que el proceso fue recibido, el número de caso asignado, o cualquier otra evidencia que le permita a usted en un futuro, inicialmente tener la certeza de que tiene un caso y que en algún momento será procesado. Pídalo, es su derecho.
Otra afectación podría ser la negación del visado o proceso migratorio. Un caso mal elaborado, incompleto, carente de documentos de soporte, con argumentos flojos, seguramente terminará en una negación. Pero dependiendo de las fallas u errores cometidos puede acarrear también negaciones a futuro, si ,por ejemplo, se mintió u ocultó información, si se presentaron documentos falsos, que a su vez puede conducir a otro tipo de problemas, incluso delitos.
Y así, como vemos, poco a poco el expediente se va complicando y se va generando un mal récord en el solicitante, quien dependiendo del error o la falta cometida puede llegar a convertirse en inelegible de forma permanente.
Pero en los casos en que se ha actuado de mala fe, no siempre se puede responsabilizar a terceros. Hay personas que van por la vida ofreciendo dinero a quien les ayude a obtener un documento migratorio que a todas luces no será adquirido por las vías regulares; otros que proclaman que les sale más fácil “pagar a alguien para que los lleve”, sin pensar cómo esto les puede afectar directamente, incluso por vida, o cómo esa decisión puede afectar a sus familiares.
Usted que me lee -y como he dicho anteriormente- si considera que entiende el proceso que pretende hacer y puede llenar las formas, hágalo. Pero si tiene dudas, busque asistencia, pero de personas expertas en el tema, honestas, no se aboque por los caminos fuera de la ley para obtener un documento migratorio o visado, tarde o temprano eso le pasará factura. Y algo muy importante: no pierda las expectativas ni esperanzas en los procesos migratorios legales, ni se “autoniegue” sus solicitudes sin antes haberlo intentado.
Directora de COIMSAL Asesoría Migratoria
www.asesoriamigratoriacoimsal.com