El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, está "muy preocupado" por los ataques contra la democracia y la Iglesia católica en Nicaragua, dijo el viernes uno de sus portavoces tras la detención de un obispo crítico del gobierno.
Guterres "está muy preocupado por el grave cierre del espacio civil y democrático en Nicaragua, y por recientes acciones contra organizaciones de la sociedad civil, incluidas las de la Iglesia católica", dijo el portavoz Farhan Haq a periodistas en la sede de las Naciones Unidas.
"Informaciones sobre una redada en la residencia del obispo de Matagalpa solo subrayan estas preocupaciones", añadió.
El obispo de Matagalpa (norte) Rolando Álvarez es acusado de "desestabilizar" al gobierno y la policía lo retuvo dos semanas en su residencia. Este viernes, agentes entraron a la curia a las tres de la mañana y se lo llevaron a Managua, donde permanece detenido.
Vilma Núñez, presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos, dijo a la AFP que la intervención policial en la curia se produjo "con violencia", aunque las autoridades lo niegan.
La policía precisó que tomó la decisión de mantener a Álvarez en "resguardo domiciliar" en Managua porque el obispo persistía en sus actividades "desestabilizadoras y provocadoras", pero no comunicó dónde se encuentra el obispo.
El jefe de la ONU llama al gobierno de Daniel Ortega "a garantizar la protección de los derechos humanos de todos los ciudadanos, particularmente los derechos universales de reunión pacífica y las libertades de asociación, pensamiento, conciencia y culto, y a liberar a todas las personas detenidas de manera arbitraria", dijo el portavoz.
Ocho sacerdotes, seminaristas y un laico permanecían con Álvarez en la curia y también fueron trasladados a Managua. Todos están bajo investigación.
La situación ocurre en medio de los roces de la Iglesia con el gobierno de Ortega, un exguerrillero que se mantiene en el poder desde el 2007 y que ha encarcelado a decenas de opositores y clausurado medios de prensa, organizaciones educativas y de la sociedad civil.
La Iglesia católica, cuyas relaciones con el gobierno han sido tensas en los últimos cuatro años, es el último reducto de rebeldía desde donde se cuestionan los actos gubernamantales.
El gobierno cerró recientemente el canal de televisión de la Iglesia católica y varias de sus radios. En julio, monjas de Misioneras de la Caridad, la orden fundada por la Madre Teresa de Calcuta, huyeron a pie de Nicaragua a Costa Rica luego de que el Congreso cerró sus oficinas y alegó que no estaban acreditadas para realizar operaciones de asistencia social.