Byron Villacis es un demógrafo ecuatoriano e investigador de la Universidad de Berkeley, en California. El profesional se enteró por las noticias del cierre de la Dirección Nacional de Estadística y Censos (Digestyc) en El Salvador y lamentó la decisión, porque además de calificar el hecho como un “retroceso”, considera que se perderán los conocimientos demográficos acumulados en los técnicos de la institución, saberes que son difíciles de reponer.
En el mejor de los casos, afirma, si el gobierno se llevara a todos los expertos de la Digestyc al Banco Central de Reserva, sería un “desorden”, aunque no está claro que no se vaya a prescindir de los expertos en demografía. Acá sus opiniones:
¿Qué opina de que el gobierno salvadoreño cierre la Dirección Nacional de Estadística y Censos?
Es un retroceso, y ojo, el retroceso que creo que sucede al darse esta situación no se debe a la decisión como tal, sino por la falta de una alternativa para poder fortalecer las estadísticas en El Salvador. Normalmente la gente dice: ‘el modelo ideal es que la Oficina de Censos sea independiente, que sea autónoma y que no sea intervenida por el poder político’. Yo no estoy tan de acuerdo con eso, porque creo que las oficinas de Estadísticas tienen que responder a un plan de desarrollo, tienen que responder a las necesidades del Estado, sino se vuelven como células autónomas que tienen su vida propia.
Eso no significa que tiene que existir intervención política, por supuesto. Lo que a mi me preocupa más del caso salvadoreño no es solamente que se elimina la Dirección, sino que además pasa a una entidad que tiene otros fines. Que la naturaleza de la creación de un Banco Central tiene otro tipo de objetivos y aparte que El Salvador tiene otro tipo de coyuntura por lo que está sucediendo con su moneda.
Definitivamente, el Banco Central puede tener como en toda Latinoamérica muy buenos técnicos, gente muy profesional, pero no tiene la misión ni la capacidad técnica para absorber una tarea que normalmente están diseñados otro tipo de profesionales.
¿No es adecuado?
Lo ideal hubiese sido que se alineen las necesidades que tiene el estado con lo que hacía la Dirección. Eso implicaba fortalecer o implicaba cambiarle de nombre, implicaba darles más presupuesto, quizás implicaba solamente un reajuste en sus tareas. Pero el hecho de volverlo parte de un Banco Central no solo es un error, sino que se vuelve un doble error: el primero es eliminarla y segundo meterla en otra institución que tiene otros fines.
¿Qué opina que el decreto de cierre no establezca un criterio de traslado del personal experto de la Digestyc al Banco Central?
Muy grave porque es muy fácil mover instituciones, eliminarlas, crearlas. Hacer un decreto con eso es realmente un procedimiento jurídico bastante estándar, pero la gente se da cuenta que con ese tipo de decisiones y sobre todo con ese tipo de ambigüedades se están afectando trabajadores y sus familias y sus expectativas.
Es muy fácil en un pizarrón decir: ‘pasemos X oficina a este lado’ pero no se dan cuenta que hay personal de carrera que tiene que ser tratado como lo que es: gente, seres humanos. Cuando hay ambigüedad los que terminan afectados son los trabajadores. E independiente del diseño que querían hacer debería protegerse ese perfil humano.
Y hay una razón adicional, capacitar y formar trabajadores en estadística es muy caro. Conseguir gente que sabe de este es muy difícil por una razón: no hay organizaciones privadas ni muchas universidades ni siquiera en Latinoamérica que enseñan lo que se hace en las Direcciones de Estadística.
Entonces cuando tú despides o le mandas a otra institución no solo pierdes las actividades sino el capital humano con el que tú venías durante décadas acumulando conocimiento. Supongamos que mañana se arrepienten, volver a comenzar y volver a conseguir personas que tengan conocimiento acumulado va ser extremadamente difícil.
¿Deberían pasar todo el personal técnico de la Digestyc al Banco Central entonces?
Claro, aunque sea que proteja ese personal técnico y lo mantenga, pero la ambigüedad es lo peligroso. Ahí es cuando comienzan a afectarse derechos.
¿Qué opina que la Asamblea Legislativa le haya aprobado un préstamo a la Digestyc para hacer un censo nacional de población y solo unos meses después cierren la institución?
Rarísimo, eso es muy raro. Estos temas de préstamos para estas operaciones no deberían existir. Las operaciones censales son tan delicadas, son tan soberanas y ojo que ahí recoger información de cada individuo que es tan delicada, tan confidencial, que estar ejecutando ese tipo de tareas con préstamos lo vuelve tan delicado porque ya hay ambigüedad sobre quién mismo va acceder a la base de datos, características, con qué permisos, vuelve muy ambiguo el tema de quién mismo va cuidad la información de los ciudadanos censados.
Segundo, que después de aprobado este préstamo, hagan este tipo de cosas ya levanta otro tipo de sospechas. No debió haber sido el momento, o suspendían el censo o suspendían el préstamo o suspendían la decisión, pero no lo mismo al mismo tiempo.
¿Técnicamente no está capacitado un Banco Central, entonces, para llevar los censos de población?
Pues no tienen ni la experiencia ni el recurso humano. A menos que lleven todo el recurso humano que hay en la Dirección al Banco Central. Pero ahí inclusive se van a duplicar tareas administrativas, se vuelve todo un desorden. Lo que va causar esto en el mejor de los casos es un desorden.
¿Qué pierde el país al cerrar la Digestyc?
Pierde el conocimiento propio, la capacidad de autoreconocerse de que mismo es el país, porque van a perder poder y capacidad de saber cosas tan básicas como cuantos son, qué características tienen y esos eso se van construyendo imaginarios sociales que son fundamentales en la sociedad, inclusive los temas de identidad y del propio cariño que uno le siente a su país.