Para varios especialistas en materia electoral consultados por El Diario de Hoy, la forma en la que los magistrados del Tribunal Supremo Electoral (TSE) decidieron separar las elecciones de 2024 no fue al azar.
Independientemente de que la ley los faculta a dividir jornadas por la convergencia de 4 elecciones, los expertos coinciden en que juntar las presidenciales con las legislativas para una misma fecha tiene una razón política más que técnica.
Los magistrados del TSE informaron este jueves 11 de agosto en rueda de prensa que han decidido partir las elecciones en dos fechas: la presidencial junto con la de diputados a la Asamblea Legislativa se realizará el 4 de febrero de 2024 y la de alcaldes con la de diputados al Parlamento Centroamericano (Parlacen) el 3 de marzo de 2024.
“Pareciera que el criterio que prima es que la figura presidencial sea, a la vez, el referente fuerte de propaganda también en las elecciones legislativas, para continuar manteniendo el centro del poder político en el binomio Órgano Ejecutivo-Órgano Legislativo, como ha ocurrido desde la toma de posesión de la actual legislatura 2021-2024”, apuntó Ruth Eleonora López, de Cristosal.
“No hay nada casual”
El exmagistrado presidente del TSE, Eugenio Chicas, consideró que en arquitectura electoral no hay nada casual. El experto recordó que los magistrados tienen la potestad de dividir las elecciones, pero apuntó que lo ideal en este caso debió ser dejar los comicios presidenciales junto a los municipales y unir después los del Legislativo con los del Parlamento Centroamericano (Parlacen).
Señaló que la estrategia de separar las elecciones cuando estas se juntan es un proceso que en El Salvador se realiza cada 15 años por la forma del calendario electoral existente. Esta decisión puede cambiar dependiendo de dos aspectos: si se busca tener más democracia o si lo que se quiere lograr es gobernabilidad mediante una elección en cascada.
De acuerdo a Chicas, la intención del TSE no es buscar el equilibrio democrático, sino una elección presidencial que incida e impacte en la ciudadanía para escoger a los diputados a favor del partido en el gobierno o de quien gane las presidenciales.
“Cuando se junta la elección presidencial con la legislativa, el efecto que eso tiene es que en cascada la elección presidencial va a subordinar e incidir e impactar en la elección legislativa, por lo tanto, al juntarlas, el criterio en esto es que eso puede aportar mayor gobernabilidad si lo que tuviéramos en el país fuera un régimen democrático, pero lo que tenemos es un régimen que va rumbo a convertirse en un fenómeno dictatorial, lo que vamos a tener con esa mezcla es que la arquitectura está orientada a darle ventaja a quien gane el Ejecutivo”, soslayó Chicas.
Añade que si fuera el caso contrario, que el TSE buscara tener una mesa electoral nivelada, debió haber programado las elecciones presidenciales con las de alcaldes y las de la Asamblea Legislativa con las del Parlacen.
Eso le hubiera permitido al electorado estar fuera de la incidencia presidencial y El Salvador hubiera tenido la oportunidad de lograr un Congreso más equilibrado, con más opciones democráticas, pero así como están programadas, el fin es que el voto presidencial arrastre al legislativo, acotó Chicas.
“Es una decisión política cobijada en una decisión técnica, está orientada a darle más poder a quien eventualmente gane el Ejecutivo”, ahondó.
Municipales en un segundo plano
En este punto, los expertos manifiestan que pareciera que las elecciones municipales han sido relegadas a un segundo plano, minimizándolas al punto en que según Chicas, están camino a su extinción, incluso, sin hacer reformas constitucionales para ese objetivo (ver nota aparte).
Eduardo Escobar, director de Acción Ciudadana, cree que la decisión puede traer consigo la aspiración del TSE de quitarle complejidad al escrutinio final, debido a que para elegir diputados de la Asamblea y del Parlacen, hay voto cruzado, es decir, que se puede marcar por candidatos de distintos partidos.
Si se hacen ambas elecciones en un mismo día, estas podrían llevarse por lo menos unas 8 o 9 horas en ambos escrutinios, algo que según Escobar, los magistrados han valorado.
Se añade a lo anterior la presión externa e interna que los miembros de las mesas electorales tendrán por conocer pronto los resultados de la elección presidencial, pese a que es un proceso más fácil y rápido.
“Estarán cansados los miembros de las Juntas Receptoras de Votos a la hora de este escrutinio, puede significar atraso que tengan que hacer el escrutinio de ambas elecciones esa misma noche, tomando en cuenta el cansancio y la presión de la presidencial”, analizó Escobar.
El experto tiene una lectura un poco diferente de la de Chicas, en el sentido de que valora que hubiese sido mejor juntar la elección de diputados de la Asamblea con las municipales en una jornada y la presidencial con la del Parlacen en la siguiente.
Sin embargo, coincide con Chicas y López de que la razón política en la forma en que el TSE decidió separar las elecciones es tener un efecto de arrastre en la legislativa a favor de quien gane las presidenciales.
“Eso puede significar que el candidato a presidente de Nuevas Ideas, sea o no Nayib Bukele, va a generar un arrastre de votos para la bancada de Nuevas Ideas”, apuntó Escobar.