"Vivo se lo llevaron y lo mandaron en un ataúd", comentó un familiar de José Mauricio Quintanilla Medrano, de 30 años de edad, quien fue arrestado bajo el régimen de excepción el 25 de junio en San Miguel.
José Mauricio se congregaba en la iglesia evangélica Tabernáculo Emanuel y era el fundador propietario de la empresa “La Tradición”, fabricante y comercializadora de semillas, nueces y bebidas preparadas como chocolate y horchata.
José Mauricio Quintanilla Medrano se congregaba en la iglesia evangélica Tabernáculo Emanuel y era el fundador propietario de la empresa “La Tradición”, fabricante y comercializadora de semillas, nueces y bebidas preparadas como chocolate y horchata.
En su tiempo libre salía a predicar la palabra de Dios, comentó su esposa Carolina Pérez a El Diario de Hoy
El religioso murió de lo que han muerto varios reos detenidos bajo el régimen de excepción: edema pulmonar, es decir, acumulación de líquido en los pulmones.
Podría interesarle: 16 capturas por hora en promedio durante el régimen de excepción
Al menos eso es lo que los médicos forenses han escrito en los documentos de reconocimiento legal de los cadáveres de reos cuyos cuerpos han sido reconocidos en los hospitales cercanos a las cárceles donde el Estado los había confinado.
José Mauricio estaba encarcelado en el penal de Mariona desde finales de junio. Su cadáver fue reconocido legalmente frente a la entrada de Emergencias del Hospital Zacamil, a las 8:00 a.m. del pasado 4 de agosto.
Ese mismo día, la esposa e hijos de José Mauricio recibieron la desagradable llamada de empleados de una funeraria: "Su esposo falleció. Nos pasaron sus datos para ponernos a sus órdenes y para que contrate nuestros servicios", le dijeron a Carolina.
Los familiares del fallecido aseguran que José Mauricio estaba sano cuando llegaron a capturarlo.
Aquel 25 de junio, la víctima estaba almorzando junto a su esposa y sus dos niños cuando unos policías llegaron a comprar comida al mismo comercio.
VER: Dolores pide la liberación de sus dos nietos
Una mujer policía se acercó al grupo familiar y le pidió el documento único de identidad a José Mauricio. Luego le dijo que lo detendría durante 15 días por el régimen de excepción.
Pero al transcurrir los 15 días, durante la audiencia inicial la jueza no dejó libre a ninguno de los 70 reos, a pesar de que el abogado y la esposa se afanaron en reunir cuanto documento pudieron para demostrar que había sido capturado de manera arbitraria, pues no era miembro de pandillas ni había cometido ningún otro delito.
Fue en la audiencia inicial cuando descubrieron que la Policía había mentido en los documentos referentes a la captura: escribieron que lo habían detenido en una colonia distinta a donde lo arrestaron y que habían procedido a la captura luego de recibir una llamada anónima sobre un sospechoso.
"Todo eso fue mentira. A mi esposo no lo capturaron donde dice la Policía. Tampoco dijeron que estaba almorzando conmigo y nuestros hijos. Ellos (los policías) llegaron a comprar comida al mismo lugar donde estábamos nosotros", afirmó Carolina.
"Nunca nos dijeron que estaba enfermo. Ni la Policía, ni Centros Penales, nadie del Gobierno nos avisó que había muerto. Siquiera eso hubieran hecho", se lamentó Carolina, quien ahora queda a cargo de sus dos hijos, quienes no superan los 10 años de edad.
José Mauricio, según familiares, no era ningún delincuente. Al contrario, era una persona con ánimos de superación. Hace cinco años fundó la pequeña empresa “La Tradición”, que había logrado formalizar. Hace un año consiguió registrar la marca que a la vez era el nombre del emprendimiento. "Nosotros pagamos renta, pagamos IVA, tenemos todo legalizado", dijo Carolina.
El día que José Mauricio murió, el Ministerio de Seguridad informó en su cuenta de Twitter: "#Seguimos capturando criminales que tendrán que pagar con años de cárcel. La #GuerraContraPandillas continúa 24/7". En la imagen que acompaña el tuit se lee: "48,764 Terroristas capturados".
Entre esos números está incluido José Mauricio. Pero su familia niega que él haya sido terrorista. "Fue capturado para hacer números", afirmó un familiar de la víctima.
La cifra de personas detenidas bajo el régimen de excepción que han muerto mientras estaban en prisión, sobrepasan los 65, según organizaciones de derechos humanos.
A más de 130 días bajo régimen de excepción, mientras las familias siguen enterrando a sus parientes capturados de manera arbitraria, el Estado salvadoreño mantiene un escandaloso silencio sobre todas esas muertes.