Por El 30 de julio de cada año se celebra el Día Mundial contra la Trata de Personas, el cual es un tema de interés social que ha causado múltiples desafíos para los ciudadanos del mundo y los diversos Estados. Experiencias a través de testimonios de personas que lamentablemente han sido víctimas de ese mundo oscuro y macabro manifiestan e ilustran a través de sus experiencias el impacto que tiene este delito sobre las vidas de muchos seres humanos y el silencio que muchas veces existe ante este problema social.
La pandemia actual, más allá de las etapas de confinamiento y distanciamiento social, no significaron una disminución a este problema. Por ejemplo, en nuestra realidad nacional, el reporte de 2021 emitido por la Embajada de los Estados Unidos en El Salvador refleja que si bien es cierto se están realizando esfuerzos en comparación de años anteriores, aún falta mucho por hacer para erradicar y poder eliminar la trata de personas. Investigaciones, enjuiciamientos, mecanismos de coacción que hasta cierto punto pueden sumar al esfuerzo, no llegan a ser suficientes para poder reducir de manera significativa el problema, requiriéndose otros mecanismos de acción con resultados a corto y en especial a largo plazo.
Actualmente, existen diversas recomendaciones que pueden ser tomadas en cuenta para tratar el problema, como por ejemplo el buen uso de la tecnología. Hemos podido percibir que especialmente en esta fase de pandemia, confinamientos y limitaciones de las actividades presenciales, el uso de herramientas virtuales ha tomado relevancia e importancia.
El uso de canales de comunicación digital, redes sociales, comercio electrónico y actividades no presenciales, han sido prácticamente parte de nuestro día a día. Si bien es cierto, en muchos casos las herramientas virtuales han sido utilizadas para fines delictivos, en donde el ciberespacio ha sido acaparado por el delito de la trata de personas, también debe valorarse que la tecnología puede ser utilizada para fines y oportunidades que permitan erradicar este problema.
Tal y como los diversos espacios de divulgación de las Naciones Unidas manifiestan: el éxito en un futuro para la erradicación de la trata de personas dependerá en que las fuerzas del orden, sistemas de justicia penal y demás sectores implicados, puedan sacar provecho y logren optimizar los beneficios que pueden obtenerse con el uso correcto de las tecnologías. Potenciar procesos de investigaciones y el uso de pruebas digitales, ayudar sin duda a poder aliviar en gran medida la situación de las víctimas en los procesos penales y en el combate de actos delictivos.
Por tanto, se vuelve menester en la agenda nacional, poder coordinar esfuerzos articulados con los diversos sectores sociales, tanto públicos como privados, sin distinciones políticas, religiosas ni de otro tipo, ya que este problema es de interés social que perjudica a todos/as. Fomentar la educación y cultura sobre el uso adecuado de las herramientas virtuales, sumara significativamente a las medidas, restricciones que puedan implementarse de manera legal para combatir la trata de personas. Recordemos que la tecnología es importante, pero lo único que realmente importa es lo que en realidad hacemos con ella. Aprovechemos las herramientas tecnológicas y sumemos esfuerzos para combatir este problema, como parte de un desarrollo sostenible del país y el mundo.
Abogado, Master en Tributación Internacional y Asesoría Jurídica de Empresas, Decano de la Universidad Nueva San Salvador