Si bien la pelota ni siquiera rodó este domingo en la Liga Mayor de Fútbol, perdedores y un sin fin de derrotas hubo en cada una de las canchas en las que se había programado el cierre de la segunda fecha del torneo Apertura 2022.
En el estadio Sergio Torres de Usulután, los planteles de Luis Ángel Firpo y FAS se presentaron con cierta normalidad, asumiendo que siempre sí jugarían su clásico, el gran partido de la fecha. Árbitros no había, pero de todas formas se molestaron en presentar sus respectivas alineaciones, con la formalidad del caso.
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Los tigrillos no quisieron haber recorrido 174 kilómentros desde Santa Ana en vano y se dispusieron a hacer el calentamiento sobre el terreno de juego. En realidad, su técnico, el ecuatoriano Octavio Zambrano, quien ya percibía el entorno enrarecido e inédito de la cuestión, decidió aprovechar “un buen clima y que la cancha es plana” para poner a sus muchachos a trabajar.
Pese a que Firpo también ya calentaba, a eso de las 3:00 p.m ya ambos planteles habían despejado el campo de juego. Los occidentales ya iban de esa hora de regreso a su casa.
Respeto
En San Miguel, alrededor de las 2:30 p.m., Chalatenango se hizo con toda su delegación al estadio Juan Francisco Barraza, donde su rival, Club Deportivo Dragón, los recibió con amabilidad y buena disposición.
Al entender que no habría partido, por la falta de árbitros, ambos planteles inmortalizaron su convivencia en una fotografía que viralizaron en redes sociales.
Por el contrario, Platense no se anduvo con rodeos y antes del mediodía ya había comunicado que no habría actividad en su estadio Toledo Valle, Zacatecoluca. A esa misma hora, su rival de turno, Jocoro, ya había emprendido el camino de regreso a su ciudad de origen, según se conoció a través de Radio YSKL.
Desolados
En el Cuscatlán, el panorama fue abrumadoramente desolador, pues incluso algunos vendedores, los que venían más temprano por viajar desde más lejos, tuvieron que empacar sus implementos, desmontar todo su mobiliario e irse de regreso a sus casas al confirmarse la suspensión del juego Marte-Águila.
Alrededor de la 1:00 p.m., comenzaron a aparecer en sus vehículos algunos jugadores y miembros del cuerpo técnico negronaranja que residen en la capital. Después lo hizo el bus con la mayoría de futbolistas procedentes de San Miguel. Mientras tanto, su contraparte marciana brillaba por su ausencia.
Los futbolistas emplumados se bajaron del vehículo, merodearon el camerino visitante y mataron el tiempo a la espera de instrucciones de su directiva. Incluso convivieron con aficionados, unos pocos que, a pesar de todo el caos, no descartaron encontrarse con sus ídolos para tomarse fotos.
A pesar de la persistencia y de su intención de esperar hasta la hora de inicio del partido, a las 2:30 p.m. los jugadores abordaron sus respectivos transportes y se condujeron a proseguir con otras actividades. Aunque, sin importar cualquiera que sea, ninguna podría sustituye lo que significa un partido de su amado deporte un domingo por la tarde.