Nacido en el municipio de Sociedad, departamento de Morazán, Monseñor Gregorio Rosa Chávez, tiene 79 años, es obispo auxiliar de San Salvador y el primer cardenal salvadoreño desde el 28 de junio del 2017. Estudió teología y comunicaciones en la Universidad de Lovaina, Bélgica; ha sido promotor de la paz y amigo cercano de Monseñor Óscar Arnulfo Romero.
En declaraciones a este medio, el líder religioso planteó que el El Salvador vive en una cultura de la crueldad, del odio o la venganza y que si esto no se cambia se construirá una nación con antivalores contrarios a una verdadera democracia.
Recordó que la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos se creó con el fin de defender a la gente contra los abusos del Estado. No obstante, consideró que actualmente eso no se cumple.
El presidente Bukele ha anunciado que el régimen de excepción durará más de dos o tres meses y deja entrever que puede ser en tiempo indefinido ¿Qué opina sobre eso?
Esa es una señal de que no está funcionando, porque si uno ve que no se puede hacer una cosa más humana. Eso es una mala señal.
¿Qué indicaría que se sigan pidiendo más prórrogas de esta medida?
Estamos deshumanizándonos cada vez más. Tenemos que regresar a la humanidad porque estamos viviendo en la cultura de la crueldad, del desprecio, del odio y de la venganza. Eso hay que cambiarlo.
De no cambiarse esa cultura ¿Qué efectos se podrían ver ?
Si no vamos a tener un país totalmente contaminado y con antivalores que no son los que funcionan en una verdadera democracia.
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De hecho, algunos analistas consideran que El Salvador va con rumbo a sistemas como el de Nicaragua, Venezuela o Cuba. ¿Usted cómo ve el camino democrático de el país?
Eso es lo más preocupante porque el diálogo ha sido totalmente bloqueado hasta hoy y eso es la negación de la democracia. Un diálogo donde todos podamos participar y aportar es lo normal en una democracia, incluso donde todos podamos disentir. Es parte de que hayan maneras distintas con un objetivo común. Todo eso construye y en eso tenemos que pensar como política global en El Salvador.
En la actual administración gubernamental se cuestiona la opacidad y la nula rendición de cuentas. ¿Cómo valora esas críticas usted?
Es lo normal en una democracia que uno cuente qué esta haciendo con el dinero público, pero no lo hemos visto hasta hoy nunca y eso pues realmente preocupa muchísimo porque es dinero del pueblo, que se presta a todo tipo de corrupción y de malos manejos etc.
¿Usted ve señales de que se quiera impulsar realmente la transparencia en este país?
Por el momento no hemos visto ninguna señal que indique una apertura a esa demanda totalmente legítima del pueblo y propio de una verdadera democracia.
En los últimos días ha sido duramente criticado el silencio de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos y Procuraduría General ante las denuncias de violaciones a derechos humanos bajo el régimen de excepción. ¿Qué opina al respecto?
Es una preocupación legítima. Después de los Acuerdos de Paz que hubiera quien defendiera la gente contra los abusos del Estado. Hoy eso está muy deteriorado desgraciadamente, ojalá que pueda cuanto antes corregirse eso.
Expertos y legisladores consideran que es prácticamente imposible conocer la identidad del votante utilizando la propuesta que estudia la Asamblea sobre voto electrónico para la diáspora.
Yo comparto la preocupación de que no se tiene seguridad de que sea algo objetivo y realmente respetado. Esta todavía en proceso de discusión y ojalá que se llegue a una conclusión adecuada porque es un derecho de todo mundo poder aportar su voto.
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¿Qué características debe tener?
Que sea un voto realmente libre, consciente y responsable y que se cuide ese voto de verdad.
¿Y ve factible que se cumplan esas características y garantías bajo el contexto actual?
Por ahora no veo las garantías necesarias para que eso sea posible.
En el país se habla de una posible reelección del mandatario salvadoreño. Especialistas en derechos constitucional han cuestionado la ilegalidad de eso.
Es un tema de debate importante para los expertos y que tiene una parte totalmente novedosa. Yo veo con preocupación el tema y espero que los expertos puedan aportar sus conocimientos y que se llegue a la conclusión adecuada.
Durante la semana, el presidente de la Asamblea ha dicho que la propuesta de pensiones está casi lista. ¿Cómo ve esta temática?
Este es un tema sumamente espinoso porque los fondos para las pensiones suponen una política que por ahora no tenemos. La gente que reclama ese derecho tiene toda la razón. Corresponde a este gran dilema que esta todavía en debate, que todavía no termina y que es complejo. Lo importante es la actitud de los gobernantes para que la gente tenga retiros dignos, pero en la práctica, la fórmula de eso, hasta el momento no se ha encontrado. Es un tema sumamente complejo.
¿Qué pediría usted que contenga tal propuesta?
Yo pediría objetividad, serenidad y justicia para abordar este tema tan importante y tan sensible para la gente.