A una semana de los estragos que causó la tormenta Bonnie en San Salvador, expertos en políticas públicas coinciden en que el gobierno de Nayib Bukele no ha priorizado los fondos en invertir en prevención de riesgos por fenómenos naturales que son cíclicos, las lluvias en la época.
“El Salvador tiene pocos recursos financieros y hay que tomar decisiones estratégicas. Del Presupuesto del año pasado se decidió que 223 millones iban a ir para el tema del bitcoin. Eso significa que esos recursos se dejaron de usar para otros temas, lo que en economía llamamos costo de oportunidad. El costo de oportunidad termina siendo alto porque se hacen inversiones donde eso no trae ningún beneficio a la sociedad sino más costos”, consideró Ricardo Castaneda, economista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI).
A juicio del experto, el costo de oportunidad que El Salvador ha pagado por no invertir más fondos en prevención de daños es realmente alto y debería reenfocarse.
“Hay un costo de oportunidad muy alto y cuando tú no tienes claras las prioridades termina pasando siempre factura. Esos recursos (del Bitcoin) se dejan de invertir en aspectos que sí pueden traer bienestar como inversiones para adaptación y mitigación de cambios climáticos o hacer más resiliente la propia economía del país”, opinó Castaneda.
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EN 2022, el Presupuesto General de la Nación incluyó $223 millones para temas de Bitcoin por $13 millones para el Ministerio de Medio Ambiente, encargado de velar por los temas ambientales.
“El presupuesto del ministerio medio ambiente son 13 millones de dólares, eso significa que estamos lo que representaba el costo de oportunidad de lo que se invirtió en bitcoin son 17 veces el presupuesto del medio ambiente”, enfatizó el economista.
La asignación presupuestaria debe aumentar para estos temas, de acuerdo al experto.
“Cuando uno revisa el presupuesto del medio ambiente conforme han venido pasando los años se ha venido recortando el recurso. Justo para 2022 era una de las instituciones que más recursos se le han recortado, eso ya habla de que el tema medioambiental en términos generales no es prioridad”, consideró.
El punto es que es responsabilidad del gobierno prever este tipo de contingencias naturales que se repiten cada año la localización geográfica del país y actuar en consecuencia en torno a planificación e inversión.
“Parte de las políticas públicas es anticiparse a hacer aquellas inversiones necesarias para evitar que cuando sucedan esos eventos extremos (tormentas tropicales) las consecuencias sean de esta magnitud. Esto pasa por hacer inversiones públicas que la mayoría de veces no son visibles para las personas, por ejemplo, toda la parte de alcantarillado: esas inversiones son sumamente claves para evitar que los costos sean más altos”, dijo.
En ese sentido, coincidió con otros analistas de que este gobierno debe cambiar la dirección en cuanto a obras espectaculares como estadios o aeropuertos e invertir fondos en temas más prioritarios.
“Eso es la clave, los indicadores que debe preocuparle a cualquier gobierno, no solo a este, no son los indicadores de popularidad, sino los indicadores de desarrollo y dentro de ellos como un proceso multidimensional la arista medioambiental juega un papel clave. No hay ninguna estrategia de desarrollo que no incluya ese aspecto”, concluyó Castaneda.