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ANÁLISIS: Los Juegos Bolivarianos, despedida con medallas para El Salvador

Los Juegos Bolivarianos dieron medallas, pero quedaron en deuda a comparación de las ediciones anteriores para El Salvador. Aquí, el balance de la edición en Valledupar

Por Varinia Escalante | Twitter: @VSkalanT |

El bádminton fue clave en la cosecha de medallas salvadoreñas en los Juegos Bolivarianos. Foto: Cortesía COES

Por tercera vez, El Salvador asistió a unos Juegos Bolivarianos. En esta oportunidad, en Valledupar, los atletas nacionales conquistaron el menor número de medallas totales que en ediciones pasadas. Sin embargo, a este nivel, siempre hay deportes que cumplen con podios.

Atletas novios, juntos pero separados en los Juegos Bolivarianos

Otros despuntaron y aportaron al medallero, y algunos hacen que la perseverancia los lleve al éxito. No obstante, el país sigue en lucha con Guatemala, que fue el mejor de C.A. en la justa. Mientras hay salvadoreños que no bajan la guardia y su nombre sigue brillando, al nivel de evento que sea en que compitan. ESA logró así 14 medallas.

Hernández (atrás) y Paiz aportaron plata, en equipo mixto. Foto: Cortesía Indes

De luces y con sombras

El tiro con arco responde a cualquier competencia. La expectativa es grande en esta disciplina, que en esta ocasión quedó en deuda. Uno porque, en individual, no hubo oros. Otro porque, aunque cosecharon preseas, se quedaron lejos del medallero histórico de los tiradores en la dos justas anteriores (siete preseas). Se esperaba un poco más de Roberto Hernández, que no pudo cosechar más que una presea en equipo (mixto). Pero, aunque en individual no figuró, fue eliminado por su pupilo Douglas Nolaco, quien ganó bronce. Mientras en femenino, ninguna de las damas cosechó un podio, excepto Sofía Paiz, quien lo hizo pero en conjunto con Hernández. Sin embargo, tiro con arco dio cuatro medallas.

Inauguración Juegos Bolivarianos
Inauguración. Abanderados: Ivonne Nóchez (i.) y Jorge Merino. Foto: Cortesía Indes

En deuda bolivariana, y a la cola de Guatemala

En números generales, El Salvador solo conquistó -esta vez- 14 medallas. Se quedó con la menor cantidad de preseas cosechadas en toda la historia de Bolivarianos: Trujillo 2013, con 26 (seis oros, nueve platas, 11 bronces); y Santa Marta 2017, con 15 (tres, seis, seis). Si bien hubo una dorada más, que hace cinco años, el promedio bajó para todo el país. En esta ocasión, participaron 68 atletas en 14 disciplinas deportivas. Por si fuera poco, el país se mantiene a la estela de Guate. Los vecinos sacaron una diferencia de 48 preseas (siete, 18 y 23), lo cual los hace más competitivos. Pero es de recordar que su inversión es más amplia.

El velerista Quique Arathoon festeja tras conquistar el oro en los Bolivarianos. Foto: Cortesía Indes

La perseverancia y el triunfo

Hay deportes que, con el tiempo, consiguen consagrarse. Para la vela, con Quique Arathoon, su mayor exponente nacional por ahora, logró la primera medalla para el país y de oro. Ya el velerista asistió a las dos ediciones anteriores, pero hasta ahora se quedó con el primer lugar. Mientras gimnasia y patinaje, con Alexa Grande e Ivonne Nóchez, también sobresalieron por vez primera y en espera de que así continúen de ahora en adelante.

Elisa Funes, en la final de los 200 metros pecho. Foto: Cortesía Coes

Para lucirse en las próximas ediciones

Todavía hay deportes que, a nivel regional, despuntan. Pero a nivel de Bolivarianos, donde la mayoría de contrincantes son de Sudamérica, falta un poco de experiencia para los atletas. Disciplinas como natación, tenis de mesa, tenis de campo, boliche, golf, fútbol sala, ciclismo participaron de la justa, pero no cosecharon medallas. El nivel es alto, y no se logra -en algunos casos- que todavía entren al medallero histórico. Estuvo muy cerca la nadadora Elisa Funes, que alcanzó dos finales, pero no pudo acortar distancias para el tercer lugar. Sin embargo, con más rodaje, pueden lograrlo a futuro.

Uriel Canjura devuelve un volante, durante el Panamericano en el país. Foto EDH/Cortesía Indes

El bádminton, una de las sorpresas destacadas

El bádminton salvadoreño dio una de las alegrías más grandes a la delegación salvadoreña. Logró cuatro medallas (al igual que el tiro con arco), pero entre ellas cosechó un oro, una plata y dos bronces. Los jugadores juveniles se convirtieron en los más estelares y los protagonistas de esta edición, sobre todo porque en la historia tampoco tenían un récord de podios, aunque Uriel Canjura ya había competido en la edición de 2017. Sin embargo, ahí rozó el podio. Pero esta vez, fue diferente, al convertirse en la disciplina top nacional, con sus cuatro atletas, quienes sumaron en el individual masculino y en los dobles mixtos, femeninos y masculinos.

Oro: los tiradores Israel Gutiérrez y Ana Ramírez. Foto: Cortesía Indes

Siempre cumplen: con mucho o con poco

No fallan. La historia los respalda y los resultados más. El tiro deportivo es uno de esos casos que, en el ciclo olímpico, se mantienen con perfil bajo, pero dando medallas. En Valledupar, no se quedó atrás. Aportó dos oros con Israel Gutiérrez, quien los regaló en individual y en mixto, junto con Ana Ramírez. En el pasado, los tiradores tienen la estampa de los mejores ya que suman 12 medallas (seis oros, tres platas y tres bronces). Caso similar es el tiro con arco, que dio cuatro metales en esta oportunidad, pero tiene históricamente siete (dos, dos, tres). Esto deja a ambos deportes como los más eficientes.

Jorge Merino, durante uno de sus combates. Foto: Cortesía Indes

El karate no se cansa, y Merino regresó en grande

El karate es una de las disciplinas que, en el pasado, llevaba cuatro platas para el país. En esta cita en Colombia, Jorge Merino logró un bronce en combate (-84 kilos masculino), con lo que no dejó de aportar al país y a su federación. Pero, más allá de eso, el salvadoreño deja en evidencia que ha vuelto a la alta competencia por lo alto. Estuvo alejado muchos meses por una larga lesión, pero tras su recuperación lo ha hecho de a poco como en sus mejores tiempos. Esto demuestra que los karatecas también se crecen a nivel Bolivariano, y que en cada cita en la que participan son de los principales actores a quien tener en atención por medallas.

Los tenismesistas salvadoreños se despiden de Valledupar, con la ceremonia de clausura. Foto: Cortesía Coes

La fiesta de despedida, en grande

La ceremonia de clausura fue una forma de sentir más cerca la próxima cita de Bolivarianos, y para llevarse cada delegación a su país las medallas que le fueron posibles. Así, la noche del martes, los atletas salvadoreños también pasaron por la despedida de Valledupar, en Colombia. Estos Juegos, después de cinco años, volvieron a tener un buen sabor para el país. Los nacionales se divirtieron, bailaron, y se la pasaron bien en su última noche en suelo cafetero. Acá, los tenismesistas salvadoreños demostraron la buena onda que se vivió en el último día bolivariano, previo a partir ayer de retorno a casa, con los aprendizajes para cada cuscatleco de lo hecho en este certamen.

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