Se cumplen hoy 246 años desde la Declaración de Independencia de Estados Unidos, una nación que se ha posicionado a través del tiempo como baluarte de la libertad y la democracia en el mundo y que ha ayudado a muchos pueblos a desarrollarse política, económica y socialmente.
Se cuenta que tras aquel histórico acontecimiento unas personas vieron pasar a Benjamin Franklin, una fulgurante figura, en una camilla, lo que les llevó a preguntarle: ¿Qué ha hecho, señor?
Franklin respondió: “Una república, si es que pueden ustedes conservarla…” ( “if you can keep it!”).
La naciente república se asentó sobre la Declaración de Independencia, un sin par documento escrito para la nación y la posteridad por Thomas Jefferson, donde se trazan los fundamentos morales, las ideas que deben guiar la nación, asentando principios que están sobre toda legislatura, como reconocer el fundamento racional de su democracia.
A lo largo de los doscientos cuarenta y seis años transcurridos, la República, los Estados Unidos de América, ha sufrido numerosos embates, crisis, revueltas, superando una cruenta guerra civil que dejo más víctimas que cualquiera de las previas conflagraciones en toda la historia, enfrentando a dos grandes ejércitos y dos grandes generales, a Ulysses Grant y Robert E. Lee.
Al día de hoy los estados sureños, “Dixieland”, guardan sus diferencias, sus estilos de vida muy característicos, como el Oeste del país, un enorme territorio que fue arrebatado al Imperio Mexicano y que dejó recuerdos imperecederos en su población, el nombre de muchos estados y ciudades: California, Nevada, Colorado, Montana, Arizona… Los Ángeles, Sacramento, San Francisco, Fresno, Las Vegas…
Casi al inicio de su andadura como República, un populista, Aaron Burr, intentó fraguar una toma de poder, lo que le llevó a un conflicto personal con Alexander Hamilton, un hombre que sentó las bases de lo que sería el curso económico de la nación, pero que Burr mató en un duelo, un hecho que destruyó sus aspiraciones.
Años más tarde, un demagogo de Luisiana, Huey Long, estableció un orden fascista, que no sobrevivió, a lo que se agrega la formación del Ku Klux Klan, un grupo supremacista blanco opuesto a las libertades civiles de los afroamericanos.
Poco después de formada la República surgieron conflictos con los americanos nativos, los indios “pieles rojas”, que oponían la invasión de sus tierras ancestrales por colonizadores blancos, un conflicto cuyo episodio más sonado fue la derrota de un destacamento de la Caballería dirigido por el General Custer. Tal episodio es parte de la “mitología” del Oeste: el jefe de los sioux, un brillante estratega llamado Toro Sentado, “Sitting Bull”, rodeó y aniquiló a Custer y sus tropas.
Uno de los guerreros de avanzada de los sioux fue también “Caballo Loco”, Crazy Horse, un idealista que dio todo por defender el estilo de vida de la nación india, que era un clan basado en un verdadero estado federado pero desconocía en lo absoluto el concepto de propiedad privada. Caballo Loco, un héroe, murió como verdadero creyente.
En estos días pasados el Estado de Nueva York devolvió un territorio de mil acres a las tribus indias del lugar.
Trump intentó por la fuerza erigirse como dictador
La libertad y la democracia exigen “la vigilancia eterna” para preservarse; nunca, literalmente “puede bajarse la guardia”.
El más vil intento en la historia, como la conocemos, de destruir la República y establecer una dictadura se llevó a cabo en enero de 2021, cuando una banda desenfrenada y violenta de seguidores de Donald Trump intentó tomarse el Capitolio, causó muertes y destrozos y estuvo a punto de asesinar tanto al vicepresidente Mike Pence como a Nancy Pelosi, pretendiendo que la elección que dio el gane a Joe Biden fue fraudulenta…
Y esa fábula la creen muchos republicanos incapaces de abrir sus ojos a la realidad.
Para muchos, Trump, al que consideran un neonazi, debe terminar sus días en la cárcel…