En 2017, en El Salvador hubo un registro 469 feminicidios; para 2018, hubo una reducción, pero la cifra aún fue alta: 386. En esos dos años se cometieron al menos tres casos cuyos perpetradores continúan como fugitivos de la justicia salvadoreña.
Hombre mató a su expareja quien lo denunciaría por violencia intrafamiliar
Era la mañana del 24 de octubre de 2017. Unos disparos alarmaron a conductores y peatones en medio del tráfico en el kilómetro 13 de la carretera Troncal del Norte, en Apopa.
Los impactos de bala le quitaron la vida a Vilma Pérez, de 32 años de edad. Su expareja, José Adán Menjívar Miranda, de 41 años, disparó a la mujer sin importarle que ella fuera acompañada de sus dos hijos de 8 y 4 años. Según investigaciones, Pérez sufría de un ciclo de violencia junto a Menjívar Miranda y justo ese 24 de octubre se dirigía a interponer una denuncia en su contra.
Los crímenes, cometidos en un lapso de dos años, no han sido totalmente resueltos puesto que los principales autores continúan prófugos pese a difusiones rojas
El hombre, un vigilante privado que trabajaba en una empresa de ese municipio, se había enterado de la intención de su expareja. Ante el temor de sus hijos y de testigos, Menjívar huyó del lugar sin que desde ese día las autoridades sepan de su paradero.
El entonces fiscal general, Douglas Meléndez, y el ministro de Justicia y Seguridad, Mauricio Ramírez Landaverde, pidieron a la población colaborar para su captura. En diciembre de ese mismo año, INTERPOL giró una orden de captura contra Menjívar Miranda; pero desde el feminicidio de Vilma Pérez ya han pasado cuatro años y ocho meses sin justicia.
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“Samurai”, asesino de su colega policía
Tras una fiesta de fin de año, en la otrora sede del ex Grupo de Reacción Policial, en la colonia La Cima, de San Salvador, la agente Carla Mayarí Ayala Palacios fue asesinada, el 29 de diciembre de 2017, por su colega Juan Josué Castillo Arévalo, denominado “Samurai”.
Según las investigaciones, Ayala viajaba en una patrulla de la corporación, junto a Castillo y otros compañeros, que la llevaría a su casa luego de la celebración. Cuando la unidad transitaba a la altura de la Residencial La Gloria, al norte de San Salvador, Castillo le disparó a Ayala.
El grupo, alarmado, regresó a la sede policial élite. Al volver, Samurai se quedó dentro de la patrulla con Ayala, entonces tomó la unidad y escapó. Horas después volvió a dejar el automotor, pero ya sin Carla. Se retiró en un auto particular conducido por otra persona.
Policías les dieron persecución, pero a la altura del Árbol de la Paz, en las cercanías del Estadio Cuscatlán, Castillo logró bajar del auto y escapar a pie.
Desde entonces, desde hace cuatro años y seis meses, “Samurai” es un prófugo de la justicia de El Salvador. “Vamos a tratar de hacer todos los esfuerzos para poderlo ubicar y capturar, ya sea que esté en el país o que esté afuera”, dijo el 4 de junio de 2019, el actual Director de la Policía Nacional Civil, Mauricio Arriaza Chicas, pocos días después de asumir su cargo, asignado al inicio del mandato del presidente Nayib Bukele.
El cuerpo de la agente Carla Ayala fue localizado en un cantón de San Francisco Javier, en Usulután, el 7 septiembre de 2018 y sepultada el 21 de ese mes. Por este caso, nueve personas, entre policías y civiles, fueron condenadas por la complicidad y encubrimiento sobre la muerte de la agente Ayala.
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Michael le quitó la vida a su pareja y dejó a su hijo en cafetales
El cuerpo sin vida de la joven Melvi Fernanda Nájera, de 23 años, fue encontrado en una finca en el municipio de Concepción de Ataco, en Ahuachapán, el 31 de enero de 2019. Allí lo dejó Michael Alejandro Castillo Murgas, su pareja, con quien procreó a un hijo que para entonces tenía un año con siete meses de edad.
Al pequeño lo localizaron inconsciente tres días después, a unos cien metros de donde estaba el cuerpo de su madre. Tras el crimen, Castillo Murgas huyó y sigue huyendo.
Desde entonces han pasado tres años y cinco meses y las autoridades no han logrado capturarlo. De acuerdo con las investigaciones, cuatro personas ayudaron al feminicida luego del hecho: su pareja, un médico, un ex fiscal y su madre, quien ya falleció.
Los cómplices intentaron borrar las evidencias de la ropa y del vehículo en el que presuntamente Castillo le habría arrebatado la vida a Fernanda. Los tres colaboradores están siendo procesados, pero la familia señala la lentitud del sistema para obtener justicia: la audiencia preliminar fue pospuesta en seis ocasiones hasta el recién finalizado mes de junio.
Para lograr la captura de Castillo Murgas, El Salvador solicitó a INTERPOL una difusión roja en contra de éste, de quien se presume salió del país y hasta la fecha no ha sido localizado.
2017, el año con más feminicidios en los últimos cinco
De acuerdo a datos de la Policía Nacional Civil y de la Fiscalía General de la República, en 2017 se cometieron 469 feminicidios en el país. Aunque hubo una tendencia a la baja pues en 2018 se registraron 386; en 2019, 131; en 2020 hubo un caso más, es decir, 132; y según los más recientes registros, hasta febrero de 2022 se habían cometido 20 feminicidios.