El economista sénior del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI), Ricardo Castaneda, hizo una valoración sobre la situación económica de El Salvador durante una entrevista televisiva en el programa Frente a Frente, en la que destacó que el país necesita honrar fuertes compromisos de deuda en los próximos meses, algo que se dificulta por la situación en las finanzas públicas.
Castaneda señaló que en un contexto económico internacional, en el que el tema de la inflación ha generado mucha presión a la economías, por ejemplo Estados Unidos, el país experimentará una desaceleración económica por distintos factores como la reducción en el ingreso de remesas desde ese país, sin embargo, afirmó que hay otro factor que suma a esa situación como lo son "los problemas financieros que son sumamente graves" en el país, y que otros países de la región no enfrentan.
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En ese sentido, el economista comparó esos problemas con la salud de una persona enferma. "El paciente (finanzas salvadoreñas) está casi está en coma", agregó Castaneda.
Lo anterior debido a que en el último año el país ha caído en una situación negativa en los mercados internacionales, pues distintas agencias calificadoras han rebajado su calificación crediticia. Castaneda subraya que si el país hubiera colocado bonos en los mercados internacionales hace un año, habría pagado un interés anual de hasta 7%, mientras que en la actualidad se enfrentaría a intereses de hasta 30%, si acaso encuentra inversionistas dispuestos a prestarle dinero.
Esto viene dado por esa baja calificación de agencias internacionales como Moody's, Fitch Ratings y Standard & Poor's que ha minado la confianza de los inversionistas, lo cual dificulta el acceso a fuentes de financiamiento cuando se acercan obligaciones financieras importantes, como lo son el pago de un bono de $800 millones que vence en 2023 y el pago de hasta $1,200 millones en deuda de corto plazo que se vence en los próximos meses.
En este punto, el economista apunta que de manera pública no se conoce cómo el gobierno, a través del Ministerio de Hacienda, está gestionando esos fondos, pues por el momento lo único que se ha sabido es que el ministro Alejandro Zelaya niega que el país corra riesgo de caer en impago, algo que muchos economistas han advertido con anterioridad.
Esto, sumado con el índice de inflación en el país, que llegó a 7.5% en mayo, añade mucha presión en la economía de los salvadoreños, en un efecto que según Castaneda impacta de manera negativa a las personas que se encuentran en mayor situación de pobreza, sobre todo, por el alza en el precio de los alimentos, que se calcula en un 13%.
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Esta inflación está afectando, prácticamente, a toda la región centroamericana, sin embargo, Castaneda explica que en el caso salvadoreño los problemas financieros son exclusivos del país, debido a la baja calificación crediticia y la desconfianza de los organismos causados por el debilitamiento institucional en el país y la implementación de la ley Bitcoin.
En este caso, el economista agrega que las proyecciones en la desaceleración económica o en los efectos negativos que podría tener la inflación en el país "se pueden revertir", pero añade que depende de que el gobierno tome las medidas adecuadas, pues si no lo hace los resultados "serían peores".