Eduardo Rodezno y Luis Rivera, estudiantes de ingeniería de la Universidad Centroaméricana “José Simeón Cañas” (UCA) cursaban la cátedra de Realidad Nacional, cuando les pidieron desarrollar un proyecto y se preguntaron ¿qué se estaba haciendo las universidades por las poblaciones sexualmente diversas? Con esa interrogante plantearon desarrollar un espacio estudiantil en el que esta población se sintiera segura, sin miedo a ser discriminados y pudieran aprender sobre sus derechos.
Luego de compartir la propuesta con la catedrática, esta les aconsejó echar a andar su iniciativa. Para ello tenía que proponerlo al Centro de Asuntos Estudiantiles (CAE), la oficina interna de la universidad que coordina las asociaciones de estudiantes. “En lo personal, pensé que el proceso iba a ser más complicado, imaginé que podrían tener algunas reservas, principalmente la administración, pero no fue así. Aunque tardó, tomaron la idea. Nos dijeron que trabajáramos en estatutos”, explicó Eduardo.
El CAE les ayudó inicialmente mandando una convocatorio por correo electrónico, para que alumnos que estuvieran interesados en secundar la moción y ser miembros de la red, se pusieran en contacto. La respuesta fue mayor a la esperada. “Pensamos que pocas personas iban a formar la asociación. Nos ha sorprendido el impacto que ha tenido la asociación. En cierta medida estamos (presentes), pero nunca se nos tomaba en cuenta”, reflexiona Eduardo. Hasta la fecha, Fresno cuenta con 127 estudiantes inscritos y una junta directiva formada por seis estudiantes.
La red de estudiantes fue fundada a finales del 2021. Desde entonces, han realizado actividades educativas con sus propios miembros, con temáticas como la Memoria histórica de las personas LGBTIQ+ en El Salvador o Relaciones disfuncionales. También tienen un grupo de chat, en el que cada miembro puede compartir situaciones de amenaza o simplemente hablar sobre sus gustos musicales o de series de televisión.
“Crear comunidad es algo muy importante. A veces, descubrir tu orientación sexual o tu identidad de género puede ser un proceso muy aislante porque son procesos muy internos de la persona y te genera esta sensación de que estás solo y nadie más te va a entender. Entonces, cuando existe representación en los medios o espacios educativos uno ya no se siente tan solo porque dice ‘yo también pasé por eso”, explica María José Caballero.
Los ambientes educativos suelen estar marcados por una poca sensibilidad hacia las personas LGBTIQ+, según explica Eduardo, quien en sus primeros años de la universidad confiesa haber estado en situaciones difíciles. “En varios de los grupos de trabajo enfrentás burla y comentarios homofóbicos. Para esas personas éramos un chiste, son cosas hirientes. Eso te lleva a pensar ‘por qué existe todo esto”, lamenta.
Esas inquietudes y su decisión por hacer algo y cambiar esa realidad que muchos universitarios como él enfrentan en las aulas, le llevó a platicarlo con Luis, su amigo y compañero de materia. “Desde pequeños se nos dicta que eso está bien o está mal, entonces, la universidad es ese espacio en el que podemos reflexionar ¿por qué se nos dice que está bien (algo) o que está mal?”, plantea el fundador de la asociación.
Paralelamente a las inquietudes de Eduardo y Luis, María José y una amiga también empezaron a hablar sobre crear un grupo universitario para reunir a otros jóvenes que se identificaran con una orientación sexual diversa o pudieran ser aliados para generar cambios positivos. La amiga de María José incluso ya había escrito algunos estatutos. De pronto, María José recibió el correo del CAE con la invitación para la formación de Fresno. Si dudarlo, ambas se pusieron en contacto y propusieron los avances que tenían.
Celebrando el orgullo
Desde inicios de junio, Fresno realizó una serie de actividades enfocadas en generar conciencia sobre la importancia de las temáticas LGBTIQ+. Entre los eventos se realizaron foros sobre la representación de estereotipos de la comunidad en el cine y medios, talleres sobre derechos, religión y debates enfocados en cuestiones como el pinkwashing. Este último es un término para referirse al uso de distintivos LGBTIQ+ por simple moda o tendencia por parte de empresas u organizaciones, pero sin un compromiso real por generar un cambio en la realidad de esta población.
Sobre el nombre Fresno
Según Eduardo, fundador de este grupo estudiantil, el nombre de Fresno surgió porque “hicimos una pequeña búsqueda para tener un nombre más fácil de memorizar, así llegamos al Fresno ya que el árbol en sí es una representación de la diversidad sexual. El árbol puede tener flores con distintos sexos, pueden ser masculinas, femeninas o presentar intersexualidad, que en botánica es conocido como hermafroditismo, y porque puede presentar varios colores en sus hojas entre cada árbol de fresno”.
Si eres estudiante universitario activo de la UCA o te quieres poner en contacto con ellos, los puedes buscar en Twitter e Instagram como @Fresno_UCA.