Entre octubre de 2021 y mayo de 2022, al menos 67,006 salvadoreños han sido “encontrados” por la Patrulla Fronteriza de EE.UU. en la frontera sur de ese país. El grupo supera los 50,744 “encontrados” entre octubre de 2020 y mayo de 2021 en las mismas circunstancias. Del total de salvadoreños detenidos en lo que va del año fiscal estadounidense 2022 (de octubre a septiembre), 35,220 son adultos; 20,549 integran familias; 11,219 son menores de edad no acompañados y 18 son menores que viajaban con un familiar.
Una dolorosa evidencia del ansia que aún tienen miles de salvadoreños por llegar a Estados Unidos fue la muerte de un migrante salvadoreño y su hijo de 7 años, quienes murieron ahogados intentando cruzar el río Suchiate, frontera natural entre Guatemala y México. El hecho ocurrió en mayo, el mismo mes que 8,955 salvadoreños fueron “encontrados” por la Patrulla Fronteriza. Las víctimas fueron César Vladimir, de 36 años, y su hijo Malthus Alexander, de 7. Ambos intentaron cruzar el río atados a un cable con garrucha desde la localidad de El Carmen, en Guatemala, hacia Talismán, en México.
¿Por que se quieren ir?
La tragedia de César y Malthus sucedió durante el año en el que desde el gobierno del presidente Nayib Bukele se impulsó el uso del Bitcoin como moneda de libre circulación, con el argumento de que esto incentivaría la llegada de inversión extranjera y reactivaría la economía con la generación de empleos. El mismo año que se tomaron medidas para frenar el impacto de la crisis de alimentos e insumos desatada por la invasión de Rusia a Ucrania.
El mismo año en que se aprobó un régimen de excepción tras 88 homicidios perpetrados el fin de semana del 25 al 27 de marzo. El mismo año en que el gobierno ha reafirmado su intención de construir un aeropuerto en una zona vulnerable a inundaciones. Y el mismo año en que las autoridades de Seguridad Pública han afirmado estar de acuerdo con que el régimen de excepción se prolongue hasta que sean capturados 80,000 pandilleros.
La semana pasada, la OIM difundió el informe “Tendencias recientes de la migración en Las Américas”, un documento que plantea que el clima y el cambio climático también impulsan la movilidad humana, tanto dentro de un país como hacia otros. Un fenómeno que aún no ha sido analizado en El Salvador, donde en cada época lluviosa o con cada tormenta o depresión tropical, cientos de familias son evacuadas hacia albergues y cientos de campesinos pierden su cosecha debido a la sequía o porque sus cultivos quedaron anegados y el maíz se pudrió.
Le puede interesar: Policías denuncian presiones para cumplir cuotas de capturas
El impacto de la migración suele ser medido desde dos puntos de vista: el número de deportados y el monto anual de las remesas recibidas.
Sobre el primer aspecto, el informe de la OIM afirma: “El número total de migrantes retornados en el primer trimestre de 2022 en comparación con el mismo período de 2021 ha mostrado un aumento del 302 por ciento para El Salvador, 141 por ciento para Guatemala y 84,2 por ciento para Honduras”. En números absolutos, Guatemala y Honduras reciben más deportados, pero con base a su población total, El Salvador tiene una tasa mayor de deportados
“Para el 2021, los diez países principales de origen de los migrantes fueron: México (706.647), Honduras (353.504), Guatemala (311.814), El Salvador (116.448), Venezuela (106.755), Nicaragua (86.316), Ecuador (82.113), Brasil (78.983), Cuba (53.825) y Haití (37.765), históricamente las nacionalidades de Centroamérica han acumulado el número más alto de encuentros, pero para el período de enero-abril de 2022 esta tendencia ha ido cambiando, siendo ahora la nacionalidad con mayor número de encuentros la mexicana, seguida de la cubana (CBP, 2022”, se lee en el informe de la OIM.
No obstante, para los primeros cuatro meses de 2022, los países del Triángulo Norte han sido desplazados por México y Cuba como los países de origen más frecuentes entre los detenidos en la frontera sur de Estados Unidos.
Respecto a las remesas, el documento de la OIM afirma que para 2021, las remesas constituyeron 26 % del PIB total en El Salvador, 26 % en Honduras, 24 % en Jamaica, 20 % en Haití y 18 % en Guatemala.