El río Torola representa una hoja en blanco para la historia hídrica de El Salvador. Es un territorio poco explorado que aún mantiene su estado salvaje y donde muchas especies se alimentan y es su hábitat ideal.
El Torola también simboliza la subsistencia y esparcimiento de muchos habitantes en su recorrido desde el norte de La Unión, pasando por Morazán hasta San Miguel, mucho antes de unirse con el río Lempa.
En 2004, el primer equipo de la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL) realizó el primer estudio de impacto ambiental para la construcción de la represa El Chaparral, la cual afectaría a tres municipios de San Miguel: San Juan del Mosco, San Luis de la Reina y, principalmente, Carolina.