Los habitantes de la lotificación El Pitarrillo, en la jurisdicción del municipio de Nejapa, San Salvador, urgen de la instalación de tuberías para agua negra, la pavimentación de las calles principales e internas y la construcción de la casa comunal. Ese populoso poblado, de tres etapas, está en la carretera antigua a ese municipio.
La entrada se ubica en una zona de lo más urbana que alberga bodegas, parqueos de trailer y camiones. La inclinación, la mezcla de tierra arena y piedra, hacen que sus calles sean de difícil andar. Ahí hasta grandes pick up tienen dificultades para transitar por las condiciones de las vías.
En los pasajes, los vecinos “con la rebusca” han logrado hacer improvisados cementados y gradas, también colocan pasamanos para evitar se resbale alguna persona.
Hospital de Nejapa: mucho diseño y cero construcción
“Según las personas de más edad que viven aquí, esta lotificación fue fundada cerca de los años 80, desde ese entonces se vive así, sin esas obras municipales”, explicó Arely Jiménez, líder en esa comunidad y quien tiene 13 años de vivir en el lugar.
En esa comunidad viven poco más de 2, 000 personas, que forman al menos 450 familias. “En el invierno el acceso a este lugar es peor, las calles parecen ríos, empeora cuando desde la zona alta se deslizan materiales (tierra y piedra).
Se llega al punto que ni las ambulancias entran, a los enfermos toca llevarlos hasta la calle principal para que los trasladen”, añadió Jiménez. Conforme se avanza en el recorrido queda evidenciada la necesidad del sistema de drenaje de agua negra, ante la carencia, los habitantes deben evacuar el agua hacia el exterior de las viviendas.
Los habitantes y los forasteros deben sortear los ríos de agua sucia, y por momentos, cuando no hay brisa, deben aguantar el fuerte mal olor.
Como no hay ni canaletas, el agua sucia se desplaza con libertad en tramos de la polvosa calle, en otros llega hasta una quebrada que se pierde entre las casas y predios baldíos. En la memoria de los pobladores están presentes las múltiples veces que los candidatos a alcaldes han llegado y prometido obras, las mismas que nunca fueron cumplidas.
“Cuando Wanda fue candidata vino una vez, como los demás prometió ‘al ganar mandó a arreglar la entrada’; de allí, terminó su gestión y nunca volvió a aparecer”, recriminó un hombre de avanzada edad. Se suma que por la falta de la tubería en mención, los vecinos debieron construir fosas sépticas y como las propiedades son de regular tamaño o pequeñas, las estructuras están bastante cercanas a la sala o dormitorios.
Además: Sin agua potable ni energía eléctrica: así sobreviven en San Cayetano
“Cuando Wanda fue candidata vino una vez, como los demás prometió ‘al ganar mandó a arreglar la entrada’; de allí, terminó su gestión y nunca volvió a aparecer”
Habitante de la zona
“Esto de tener la fosa casi adentro de la casa afecta, no es higiénico”, comentó Blanca Rivera, otra habitante del lugar. El agua potable la obtienen de un pozo privado; sobre algún proyecto de Anda en la lotificación desconocen. “El agua que se tiene se logró por medio de la Adesco, a la Anda se había pedido pero nunca tuvimos respuesta”, dijo Dolores Sandoval de Rojas, vecina del lugar.
Obras de mitigación A las carencia de tuberías para agua negra, pavimentación de calles y la casa comunal, se suman la necesidad de obras de mitigación. Un caso específico que mantiene expectantes a los pobladores de la lotificación es el muro exterior de la casa de Rosa Hernández, de 81 años.
La estructura, construida con piedras, de aproximados 6 metros de longitud por dos de alto ha comenzado a ceder y en el peor escenario podría causar la destrucción total de la casa de Rosa. “El muro por poco se va derrumbando, no tenemos cómo arreglarlo”, comentó Rosa. La mujer, de piel morena, recuerda como con mucho esfuerzo ella y su esposo lograron construir en el lugar.
A la vez comentó que ella junto a su familia se asentaron ahí durante los últimos años del conflicto armado; detalló también que es originaria de Oriente. “En estos barrancos se sufre, con la alcaldía no hay esperanza, pero sí hay necesidades”, lamentó Rosa, quien vive en el lugar con tres de sus hijos y una nieta. Según los habitantes, cada necesidad ha sido planteada en la alcaldía local y no han tenido respuesta.
Con la creación de la Dirección de Obras Municipales ( DOM, institución destinada por el gobierno central para ejecutar municipales) también buscaron ser escuchados el 23 de mayo pero la intención no prosperó pues ni los recibieron.