Cuidar la salud de la gente, del conglomerado, no consiste únicamente ocuparse de una epidemia como la causada por la peste del covid, sino atender todos los males que golpean a la población en un país, como enfermedades crónicas, males respiratorios, estados depresivos, cáncer...
Muchas enfermedades pueden tratarse ambulatoriamente, como cuando un médico prescribe una medicina; otras, empero, requieren hospitalización, tratamientos largos como las diálisis que se administran a personas con problemas renales, otros cuidados intensos como la radiaciones que se aplican a pacientes que sufren cáncer.
El doctor Ricardo Lara, un distinguido columnista de EL DIARIO DE HOY, enumera mucho de lo que está pendiente, o no recibe la adecuada atención del régimen bukeliano, incluyendo la vacunación de recién nacidos y adultos, más ahora que el colapso de la salud en Venezuela está reviviendo morbos que ya se habían considerado erradicados, como el sarampión, la parálisis infantil, la tos ferina y otros, a lo que se suma la alarma causada por la viruela del mono, la influenza y la HEPATITIS que se ensaña con los niños.
A lo anterior se agrega el riesgo, a causa del hacinamiento y mala nutrición de las personas encarceladas, de brotes de tuberculosis, el gran mal que azotó a la humanidad en el siglo XIX y principios del XX hasta que el investigador alemán Robert Koch elaboró un tratamiento.
Las condiciones prevalentes en las cárceles fueron expuestas al público por el estado del ex-alcalde de San Salvador, Ernesto Muyshondt, quien a pesar de su delicada condición de salud y haber expuesto que en tres ocasiones estuvo a punto de morir, el juez impuesto a cargo de su caso, exhibiendo el grado de inhumanidad que priva en estos momentos en el ámbito público, le negó ser procesado en su vivienda.
Muyshondt no ha sido declarado culpable de ningún delito que pueda considerarse grave, por lo que su tragedia cae en el ámbito de la persecución política, como ha sido el caso de otros detenidos arbitrariamente en las semanas recientes. No se debe nunca olvidar, por ningún funcionario, la admonición del Evangelio: “Con la vara que mides serás medido...”.
La regla que debe tenerse a la vista en cuando a los problemas de Salud Pública es “más vale una onza de prevención que una libra de cura”, prevenciones que caen en el ámbito de clínicas comunales, de las familias en cuanto a los problemas de salud que enfrentan, de lo que se asocia con la ansiedad, los estados de ánimo, tendencias a la violencia que mientras más temprano se detectan más posibilidad hay de resolverlos.
Los padres deben observar siempre el comportamiento de sus hijos, detectar cuando su salud es amenazada, lo que también corresponde hacer a amigos, compañeros de trabajo, maestros, líderes comunitarios.
¿Qué hará nuestro país si se llega a presentar una hambruna y no hay recursos para combatirla?
El doctor Lara advierte, además, del espectro de una hambruna tanto en muchos países del mundo como en la región y el nuestro, hambrunas causadas por negligencias y muy graves errores del pasado como la imposición de la “reforma agraria” por la junta golpista duartista en 1980 y las compras de granos a mercaderes de Sinaloa.
Una hambruna en nuestro suelo sería muy difícil de combatir a causa del ruinoso manejo de la economía por el régimen de Bukele, que afronta enormes pagos sin que se sepa por ahora cómo serán manejados, más ahora que las calificadoras de riesgo como Moody’s y Standard and Poor’s han expuesto a El Salvador como un país con alta probabilidad de que no pague sus deudas.