Las 33 víctimas mortales del régimen de excepción son hombres. El más joven, José Luis Moreno Terán, tenía 18 años y el mayor, José Guillermo Gámez, tenía 86. En la mayoría de casos sus familias aseguran que no tenían antecedentes penales ni pertenecían a pandillas. Aunque sí hay un fallecido que pertenecía a la MS: Jesús Antonio Navarro Mendoza, quien tenía tatuajes de ese grupo.
Hasta el momento, ni la Procuraduría de Derechos Humanos ni la Fiscalía General han brindado información que indique que se investigan las causas de estas muertes.
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En algunos casos, por los moretones y otros signos de golpes en los cuerpos que familiares aseguran haber visto y de los que algunos han proporcionado fotografías, se sospecha que algunos de los detenidos murieron tras ser vapuleados dentro de la cárcel.
La mayoría de muertes ocurrieron en el centro penal de Izalco, en Sonsonate, desde donde fueron trasladadas las víctimas hasta el hospital nacional Jorge Mazzini.
El segundo y tercer hospital donde han ocurrido más muertes de reos son el Zacamil y el Saldaña.
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Los datos que se presentan en este mapa fueron recopilados por Cristosal, con base a notas periodísticas y denuncias directas de familiares de las víctimas.
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