El presidente Nayib Bukele llegó a la Asamblea Legislativa la noche de este miércoles 1 de junio de 2022 a brindar un informe de su tercer año de gobierno, el cual aprovechó para justificar la implementación del régimen de excepción.
A su llegada fue recibido por batallones de soldados de la Fuerza Armada y de la Naval. Los jardines del Congreso fueron iluminados con luces de intensos colores y sin faltar la alfombra roja por la que se desplazó desde el parqueo hasta al interior del Salón Azul.
El presidente de la Asamblea, Ernesto Castro, le cedió a Bukele el gong para que abriera la segunda plenaria solemne de 2022, un acto que evocó por breves segundos el asalto a la Asamblea del 9 de febrero de 2020, cuando Bukele aún no contaba con la mayoría calificada en el Parlamento.
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La expectativa de muchos, incluso de diputados de su partido Nuevas Ideas, de escuchar nuevos anuncios se quedó en un acto parecido a un mitin, impregnado de vítores de la barra de simpatizantes instalada al fondo y en el segundo nivel del Salón Azul gritando “reelección”.
Lejos de hablar de otros temas que la población espera con ansias desde septiembre del año pasado, como son las reformas a las pensiones, el mandatario se centró en defender la ampliación del régimen de excepción por más de dos meses, tras destacar las bondades del Plan Control Territorial, un programa que, según remarcó, fue bloqueado por sus opositores.
Defendió a capa y espada las 4 fases del plan de seguridad, pese a que tuvo que recurrir a una medida excepcional para frenar la ola de crímenes que azotó a El Salvador con 87 muertes en 3 días, a finales de marzo.
“Esta lucha no ha sido fácil, no comenzamos a vencer a las pandillas con el régimen de excepción, ya llevamos tres años fuera de la lista de los países más violentos del mundo”, afirmó Bukele.
Y aseguró que con esa medida excepcional “estamos a punto de ganar la guerra contra las pandillas”.
128 días sin homicidos
El mandatario usó este dato para afirmar que el Plan Control Territorial funciona
Pero Bukele no mencionó nada de las previsiones que el gobierno deberá tomar en el tema económico ante una inflación que arremete día con día en los precios de la canasta básica, un factor que, según resultados de la reciente encuesta de la Universidad Francisco Gavidia, es el talón de Aquiles del presidente salvadoreño.
Sin embargo, sí arremetió de nuevo en contra de las organizaciones internacionales y nacionales que velan por los derechos humanos, a quienes Bukele les reprocha sus críticas por las medidas que esos organismos tildan de “violatorias a los derechos fundamentales de las personas”, y que no se justifican como medios para parar la delincuencia.
36,000 capturados
Durante el régimen de excepción, pero no se refirió al “margen de error” en las capturas.
“El Salvador es un país libre, soberano e independiente. Tomamos nuestras propias decisiones, eso lo tiene que tener claro el mundo entero. Hoy tienen que saber que El Salvador es un país soberano y ese mensaje va también para la comunidad internacional, aquí tomaremos las decisiones que consideremos correctas para nuestro futuro, los que no, mejor apártense, no permitiremos que vengan a nuestra casa a decirnos qué hacer o a darnos órdenes”, arengó Bukele.
El gobernante tampoco dejó pasar de largo los cuestionamientos a su gestión, la cual expertos en política internacional y abogados consideran que es de corte autoritario y dictatorial. “Eso no se llama dictadura, se llama liderazgo y democrático”, afirmó Bukele.
El presidente volvió a menospreciar los Acuerdos de Paz, relacionándolos a un pacto entre fuerzas externas que no beneficiaron a la población.
“Por primera vez empezamos a vivir y sentir la verdadera paz, no la de 1992, no la que negociaron a costa del futuro y la vida de los salvadoreños”, acotó.
En su discurso la palabra luchar contra los “enemigos” volvió a resonar en el Salón Azul, así como las menciones hacia los opositores a quienes se refiere como “los de la esquina” del Salón Azul, una frase que en su segundo año de gobierno utilizó para acusar a los diputados de ARENA y del FMLN de lo mal que estaba el país.
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“Hay sectores de la sociedad, pequeños, pero aún poderosos, remando en contra. A todos los que se oponen, les pregunto ¿qué quieren?”, señaló Bukele.
En su discurso, admitió que si no hubiera destituido a los magistrados de la Sala de lo Constitucional y al fiscal general en mayo de 2021, cuando la bancada de Nuevas Ideas tomó posesión de la nueva legislatura, la guerra contra las pandillas no hubiera sido posible.