Por A inicios de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente, clave dentro de los Objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS ) y el plan 2030 suscrito por diversos países, entre ellos El Salvador.
Gracias al Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), esto nace en 1974 y todos los sectores sociales deben, de manera participativa e inclusiva, abordar los problemas y desafíos más apremiantes del medio ambiente. El presente 2022 aborda el tema “Una sola Tierra” y hace hincapié sobre la necesidad de desarrollar políticas que puedan generar cambios profundos y sustanciales, así como también la buena toma de decisiones para permitir y salvaguardar vidas limpias, ecológicas y sostenibles, en aras de robustecer la armonía con la naturaleza.
Dificultades y desafíos que acarrean las problemáticas como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la contaminación y los residuos, siguen existiendo de forma permanente en las sociedades del mundo. Por tal razón, esa fecha no debe quedar únicamente en un día más que llega, se celebra y se olvida; al contrario, debe instarnos a reflexionar de manera consciente a que con voluntad y compromiso fomentemos cambios significativos en la protección del medio ambiente. Reconocer la forma en que utilizamos los recursos naturales, desarrollar modelos de producción de bienes y servicios más ecológicos, fomentar el crecimiento de la agricultura sostenible, inversión pública en la protección del entorno ambiental, políticas fiscales en pro del medio ambiente, son algunas de las acciones que se requieren.
Es una necesidad que nos afecta a todos, desde quienes nos dedicamos a ejercer un trabajo, oficio u ocupación, hasta quienes se dedican a realizar sus estudios académicos, universitarios, quienes realizan actividades a través de un negocio propio y así sucesivamente de una manera directa o indirecta. El medio ambiente llega hasta el último rincón del planeta Tierra que nos acoge. Un planeta sano fomenta la prosperidad de todos, siendo única y exclusivamente responsabilidad de cada uno de los seres humanos que vivimos en la Tierra diseñar e implementar las acciones pertinentes para lograr una sociedad más sostenible.
El tiempo se acaba y la vida no es un ensayo. La naturaleza y el planeta Tierra se encuentran en estado crítico y alto nivel de emergencia. Si no se actúa de forma inmediata, los problemas y desafíos serán cada vez mayores y más complejos de poder revertirse. Se necesitan políticas de acción emergente, diseñadas bajo estudios socioeconómicos en donde exista una participación de todas las sociedades de manera consciente y trasparente, como parte de una transformación en los sistemas sociales y económicos en pro del medio ambiente. De esa forma, el rol del ser humano es sin duda importante en la defensa, la sensibilización y la participación en el abordaje de este tema.
Recordemos que en el universo hay millones de galaxias; en nuestra galaxia millones de planetas, pero de todos esos planetas solamente existe un planeta Tierra, ¡cuidémoslo!
Abogado, Master en Tributación Internacional y Asesoría Jurídica de Empresas, Decano de la Universidad Nueva San Salvador