A días de que Nayib Bukele cumpla tres años al frente del poder Ejecutivo, el empresario Agustín Martínez, presidente de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) expuso la necesidad de evaluar las decisiones acertadas y los puntos de mejora en torno a la economía del país.
“Nosotros estamos valorando esa situación. Todavía no hemos sacado conclusiones, pero sí creemos que hay que hacer un alto en el camino y ver lo que se ha hecho bien y también ver a dónde se deben hacer correcciones para que el país se recupere”, dijo.
Las declaraciones las hizo tras asistir este día a una conferencia de prensa de la Asociación Bancaria Salvadoreña (ABANSA), misma que inauguró un cambio de identidad visual.
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Martínez dijo que la ANEP aún no tiene una “posición definida” sobre las decisiones del gobierno en torno a la economía. Pero “lo que sí es claro es que (…) hay que hacer un alto en el camino y definir el rumbo del país”. Pues a su criterio, las situaciones que generan que a nivel internacional se tenga una visión “un tanto negativa” deben ser evaluadas.
La imagen negativa en el extranjero
La mala imagen financiera de El Salvador a nivel internacional no es solo por su alto nivel de endeudamiento. También se debe a que la capacidad de pago es nula, pues los ingresos del Estado no son suficientes ni siquiera para cubrir sus obligaciones financieras. Y en los últimos meses, las decisiones políticas, como la de hacer del Bitcoin otra moneda legal, no han sido muy bien recibidas en el mercado internacional.
A inicios de este mes, la calificadora de riesgo Moody’s dio a conocer que El Salvador se encuentra en la categoría “Caa3”, lo que significa que para los inversionistas es “un riesgo muy alto” prestarle dinero a El Salvador.
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Y como no le prestan dinero en el exterior, el gobierno se ha dedicado a prestarle dinero al sistema financiero local, es decir, a los bancos donde los salvadoreños ahorran su dinero.
A estas entidades, a las aseguradoras y a las AFP’s, el gobierno les debe un aproximado de $6,002 millones que debe ir pagando en plazos de 365 días y a un interés superior a lo que se pagaba en gobiernos anteriores.
La gran pregunta de los economistas es: ¿Tiene el dinero para pagar sus compromisos de deuda siendo que los ingresos que tiene no son suficientes para cumplir sus obligaciones financieras? ¿Hasta cuándo va a dejar de caer en las calificadoras de riesgo internacionales?